Primeros Pasos [JinKook]

Paso 7: Nadar desnudos en el océano

"Tú puedes ser noble y valiente y hermoso y aún así encontrarte a ti mismo cayendo."

- Ava Dellaira, Love Letters To The Dead

Él tropieza, sus brazos volando hacia los costados para mantener equilibrio. Justo cuando piensa que terminará cayendo sobre su cara, brazos se extienden para atraparlo.

"Jungkook, ¿estás b-?"

Él se zafa bruscamente del familiar agarre.

"No tú", él murmura. Sus ojos en el piso.

Levanta la mirada. Un par de ojos preocupados.

"¿Qué está mal?"

Voz preocupada. ¡No finjas que no lo sabes! quiere gritar. Quiere destruir. Quiere pelear. Quiere herir.

Quiere llorar.

Jungkook da un paso atrás. Él no puede afrontarlo ahora. Él ve todo rojo.

"Jungkook-"

Él gira sobre sus talones y huye.

Obviamente, él es alcanzado.

Debería haberlo anticipado. Ya debería saberlo a estas alturas de su vida. Él le oye arrastrar los pies vacilante detrás. Jungkook siempre es el primero en embriagarse.

Él obliga a enfrentar su rostro hacia la fría noche. Arriba, en la azotea, las cosas... no las siente como si pudieran llegar a él. Él está adormecido. Todo se siente irreal. Pero todo es verdad. Él sabe eso. No está lo suficientemente ebrio para olvidarlo.

Si él levanta los brazos, puede sentir el viento tratando de levantarlo. Se siente ligero, liviano, sin la pesada carga que comprime a su corazón. Se pregunta si es así como se sienten las hojas muertas en el otoño, si es que él deja de luchar, si es que deja de resistir y se deja llevar.

"Jungkook. Dime qué está mal."

Él suspira. Su cerebro se siente curiosamente vacío de pensamientos.

"¿Dolería, hyung, si salto desde aquí?"

El sonido de suelas de zapatos chocando en desesperación contra el pavimento. Fuertes brazos lo jalan lejos del borde y hacia el suelo.

"¿Qué estás haciendo?" Estridente voz que se quiebra al final de la oración.

Jungkook se deja jalar hacia atrás y apoyarse en el fuerte pecho.

Él siente su cara húmeda. No sabe cuándo comenzó a llorar. No importa. Cierra sus ojos y respira.

Los brazos que lo resisten aumentan su agarre y lo acercan más a su pecho. Duele, pero el dolor está bien, últimamente es lo único que su cuerpo y su mente le permiten sentir. Le recuerdan que aún esta respirando, que aún puede sentir, que todo esto no es sueño del que debe despertar. Pero este, a diferencia del dolor que lo acompaña desde ese día, se desvanecerá en unas cuantas horas y mañana ni lo recordará y su mente no le torturará clonando perfectamente lo que siente ahora y y no llorará patética e inconsolablemente y no se golpeara el pecho tratando de aliviar esa horrible constricción y no se prohibirá a sí mismo acercarse a la cocina o a las ventanas y no, definitivamente no, le hará desear no haber despertado.

"¿Qué estás pensando?" Su voz inquieta y demandante está teñida de pánico. Está gritando, pero todo se escucha lejano y ajeno. Él está flotando profundo en el vasto océano. El agua tapa sus oídos.

Él reprime una carcajada. Pero sus hombros tiemblan.

Esta vez él sí siente las lágrimas resbalar sobre sus mejillas.

"Pienso, hyung, que dolería menos que todo lo demás."