Paso 5: Fin de semana de salón y spa en casa

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" Segundas oportunidades son más aterradoras que las primeras oportunidades, porque la segunda vez tú ya sabes cuánto estás arriesgando."

 — Nora Roberts, The Collector


Él mira fijamente a la puerta. Es solo una puerta. Madera pintada con pintura blanca. Él puede ver las marcas de la brocha y los lugares donde la pintura se ha aclarado. Siente la textura y el relieve de la pintura seca, las pequeñas gotas que se secaron. No es lo que esperaba, no de Jin. Pero Jin siempre fue extremadamente adaptable.

Él golpea la puerta lo más fuerte que puede con los nudillos. Quiere que lo escuche fuerte y claro. No cree que sea capaz de reunir el valor para venir otra vez. Tal vez Jin no esté en casa, se pregunta si él quiere verlo siquiera.

Él oye la puerta destrabarse antes de abrirse una fracción, manteniéndola cerrada con una cadena de seguridad. Detrás, Jin se ve como si hubiera visto un fantasma. Él esta usando una banda para la cabeza para mantener su cabello hacia atrás. Jungkook puede ver que lo está dejando crecer.

"Hyung", él susurra sin aliento.

Jin deja salir un sonidito, medio hipando, medio sollozando.

"¿Me dajarás entrar, hyung?"

Jin busca a tientas la cadena de seguridad en su apuro por abrir la puerta. Sus manos un poco temblorosas.

La puerta se abre en su totalidad y hay un segundo de incómodo silencio, con un poco de tensión en el aire, otro poco de anticipación y un poco más de memorias revividas.

Y entonces Jungkook se apresura a entrar. Jin da un traspié hacia atrás y Jungkook rodea ambos brazos alrededor de la figura de Jin, deja caer su cabeza en sus hombros y aprieta fuerte, lo más fuerte que sus brazos y sus piernas, que están temblando como gelatina, se lo permiten.

Él empieza a llorar en cuánto es correspondido, un llanto penoso y patético, su cara frotándose lentamente en los hombros de Jin, mojando su polera con sus lágrimas, sus mocos y su saliva. El abrazo de Jin es desesperado, como tratando de envolver toda la forma de Jungkook con su cuerpo, agarrándose de su chaqueta, frotando sus manos sobre su cintura, su espalda, sus hombros, su cabeza.

Discúlpame, él quiere decir. Pensé que me echarías, él quiere decir. No me sueltes, él quiere decir. Pero sus lágrimas lo ahogan. El alivio de haber encontrado a Jin, la familiaridad con la que es envuelto en sus brazos roba cada una de sus palabras.

"JK. Jungkook, no llores."

Pero Jin suena como que él está llorando también y Jungkook aplasta incluso más profundo su cara en sus hombros y se aferra como si su vida dependiera de ello.

Primeros Pasos [JinKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora