Paso 4: Salto de Bungee en pareja

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"Existen tantas cosas frágiles, después de todo. Las personas se rompen tan fácilmente, y así también sueños y corazones."

  ― Neil Gaiman, Fragile Things


Él no sabía que es lo que era. No por mucho tiempo. Lo único que sabía era que le gustaba estar alrededor de Jin. Le gustaba jugar con él. Salir con él. Hablar con él. Todos y cada uno de esos chistes y bromas y risas. Ellos se ajustaban bien juntos. Su hyung favorito.

Él amaba ser la primera persona a la que Jin buscaba, la primera persona que Jin miraba, y la alegría cuando sus ojos se encontraban. No fue una epifanía, una revelación que cambió todo de noche a la mañana; fue más como el amanecer: lento, natural, hermoso. Que quizás esto era un poco más que una linda amistad, que no era solo adoración, respeto, admiración, agradecimiento, como el que sientes hacia las personas que estuvieron ahí desde el principio.

Nada tenía que cambiar, por supuesto. Ellos ya pasaban la mayor parte del tiempo juntos. Nadie pensaría que es extraño si ellos se tomaban de las manos con los dedos entrelazados o si se robaban miradas el uno al otro y el tiempo parecía detenerse cuando sus ojos se encontraban o si los abrazos parecían ser necesitados entre ellos o si pasaban horas enredados y acurrucados viendo televisión. No podría existir un escenario más perfecto. Todo saldría bien.

Jin lo había besado primero. Tan rápido, como un relámpago, sin aviso, sin ruido, que te hace pensar que tus ojos te jugaron una mala pasada. Ellos fueron los últimos que quedaron en la cocina. Jungkook todavía recuerda la esperanzada mirada en el rostro de Jin después y la manera en cómo sus manos temblaron un poco cuando Jungkook las alcanzó para sostenerlas entre las suyas.

"Hyung"

"No tiene que significar nada" Se había apresurado a decirle Jin, lento, evadiendo sus ojos.

Jungkook presionó más cerca, su corazón estaba errático, saltando muy alto de alegría en su pecho, para luego caer profundo golpeando su estómago y darse impulso para ir aún más alto, amenazando con salirse por la boca.

"Pero sí tiene significado, hyung. Claro que sí. Tú me amas."

Los ojos de Jin se habían agrandado como platos. Vio un pequeño destello de miedo en los hermosos ojos marrones de Jin y como acto reflejo, entrelazó sus dedos, los de él respondiendo en perfecta sincronía, y reforzó su agarre, su pulgar dando pequeños círculos tranquilizadores en el pulgar del otro.

"Funciona, hyung, porque yo también te amo."

La sonrisa... Jungkook nunca la olvidará por muchos años que pasen. Está grabada con acero ardiendo en su corazón y en su mente. La sonrisa de pura felicidad en la cara de Jin. La cosa más hermosa que él jamás ha visto, dejando expuesta la hilera de dientes blancos con total deleite, sin vergüenza, sus ojos tomando la forma de pequeñas medias lunas, y sus mejillas tintadas de un bonito color rosado. Y seguramente esa era la misma sonrisa que él tenía plastada en su rostro en ese momento, que permaneció allí durante toda la noche, y el día siguiente a ese, haciendo doler sus mejillas y que probablemente dejó arrugas permanentes a los lados de sus ojos.

Debería haber sido fácil. Debería haber funcionado.  

Qué ingenuo era. Las cosas se vinieron abajo.

Los largos días de ensayo y las cortas noches de descanso ponen a las personas irritables, las hace sentir inútiles en cada transición que fallan; sin talento, en cada nota en la que sus voces se quiebran; sin fuerzas, en cada día que pasa y no parece haber mejora. Son bombas a punto de explotar ante cualquier provocación y es fácil apuntar el dedo cuando al fin estallan; no se puede evitar, está en la naturaleza de nuestra especie. Escoger un lado, traer a colación situaciones que nada tienen que ver, recordar rencores del pasado, temas que no fueron lo adecuadamente conversados y que aún dejan ese mal sabor de boca, que aún se siente incorrecto. Y es natural también ponerse defensivos. Todo es un caos y en esos momentos ira y enfado corren calientes por las venas, y se siente tan bien gritar, se siente tan bien herir. Es de más decir que quien se disculpa, es débil; quien se retracta de su palabra, pierde. No hay vuelta atrás.

Todo por lo que has luchado para llegar hasta el suelo donde tus pies descansan ahora amenazan con agrietarse y derrumbarse, todo por un error. Uno por el que ninguno de los partícipes siente remordimiento.Y detrás de todo, hay miedo. Miedo de fallar, miedo de perder, miedo de caer. Miedo, miedo, miedo, miedo, miedo, miedo. Se oye sin descanso rebotando en las paredes de sus mentes.

El miedo entreteje sus hilos en todas las cosas, en todas las personas, nada ni nadie puede escapar de él; él aprendió. El miedo se disfraza de justicia y grita con palabras de enojo y reproche. El miedo te pone en contra de los que aprecias, de los que amas.

Estúpido. Negligente. Egoísta. Sacrificio. 

Entonces vete.

El miedo rompe cosas que deberían ser indestructibles.

El miedo hurta las palabras que deberían haber sido dichas y deja solo vacío, confusión y daño a su paso.

Jungkook aprendió que el único regalo que el miedo da es arrepentimiento.

Él aprendió.

Pero, por supuesto, ya era muy tarde.

Primeros Pasos [JinKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora