Una noche en casa

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-'Hola Alba'- escribo por WhasApp. No contestan. Dejo el móvil encima de la mesa y miro por la ventana. Una habitación nueva, un piso nuevo, un lugar nuevo, una vida nueva... Aún no me creo que esté aquí, en Madrid, con otra vida nueva. Habiendo dejado a mis amigos y personas importantes detrás.

-¡Emma! ¡Prepárate la cena y friega los platos! - me grita mi hermana Elisabeth.

-Vale voy, pero los platos los friegas tú- le digo levantándome del sofá.

Miro por última vez el teléfono. 'Nada, sin respuesta' pienso, y me voy a la cocina.

-Emma, ya son las once de la noche, y mañana tienes que ir al instituto. Cena y acuéstate ya, que tita no tardará en llegar del trabajo. - me ordena Eli nada más entrar a la cocina.

-Odio éstos días cuando Susan llega tan tarde. Siempre se entretiene hablando con los médicos de su turno. - digo enfadada.

Mi madre trabaja en Alemania junto con mi padre. Me acabo de mudar hace pocos meses a Madrid con mi tia. Antes vivía con mis padres en Paris, Francia, pero mi madre encontró un trabajo mejor en Alemania, por eso nos mando a Eli y a mí con nuestra tía a España.

Mi padre volverá pronto, o al menos eso me prometió desde que era pequeña. Desgraciadamente mis padres trabajan en distintos lugares de Alemania, así que no se ven. La última vez que ví a mi padre fue con 8 años el día de nochebuena. Alguien de su trabajo falleció, así que él era la única persona que podía remplazarlo. A la mañana siguiente se tuvo que marchar, quedándonos mi madre y hermana solas. Fueron las navidades más tristes de la historia.

Ahora tengo 16 años. Soy una de las más pequeñas de mi pandilla, pero aún así somos muy buenos amigos. Ellos me acogieron hace unos pocos meses, ya que me sentía sola sin nadie. Siempre que nos sentimos tristes recurrimos unos a los otros, por eso somos como una familia.

Escucho un portazo y levanto la cabeza. Me he quedado dormida sin darme cuenta. Escucho la televisión, así que Eli estará viéndola. Me pongo en pie y cierro la ventana, ya que comienza a entrar el frío de la noche. Me preparo un sanwich y me acuesto pensando de nuevo en mis padres '¿Dónde estarán? ' me pregunto, igual que todas las noches, '¿Por qué no contestarán a mis cartas? '.

Escucho abrir y cerrar la puerta principal. Acaba de llegar mi tía y escucho una conversación con mi hermana, pero que poco a poco no la consigo entender, ya que voy entrando en un nuevo sueño.

Cartas sin respuestasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora