Primero:First Kiss

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La noche era cerrada, no ventaba y casi no había estrellas en el cielo. Tzuyu balanceaba sus pies en la caída libre de la copa del árbol de la casa de Taehyung. Su jodido walkman reproducía The One de Kodaline. La misma que sonaba cuando Taehyung le había robado su primer beso. Las lágrimas comenzaban a caer sin su permiso mientras cantaba en voz baja la canción. De prontó perdió una de sus zapatillas, eran de color celesta al igual que su vestido y eran también las que usaba durante aquel primer beso.

—Auch.

—Lo siento...

—Me lo estas poniendo difícil desde el principio, Cenicienta— Reclamó el jovencito desde el pie del árbol. Metió el zapato en el bolsillo de su sudadera camel. Su favorita y la de su ex-novia también.

Trepó con agilidad el árbol y no tardó en estar arriba junto a ella. Ya no lloraba, pero en su rostro expresivo y transparene aún quedaban residuos de su sufrimiento. Tae le dio una sonrisa de pena, queriendo tranquilizarla y ella se limitó a devolverla.

—Tengo tu zapato— Lo sacó del bolsillo, ella se estiró para tomarlo pero Taehyung negó —Dame tu pie— Extendió su mano libre hacía la jovencita quien no puso peros.

El la calzó con una sonrisa, la luz de la luna contra la piel de la que fue su chica aún era la gloria, un espectaculo de la naturaleza que nadie era digno de apreciar.
Su estomago se contrajo, se imaginó a otro chico mirando las preciosas piernas de Tzuyu iluminadas por la luna y quiso golpear a aquel individuo sin cara. Tal vez aún no estaba listo para dejarla ir...

—Aquí me invitaste por primera vez casi a principios del verano, había una lluvia de estrellas y tu estas tan loco por el cielo que no pude decirte que no... Incluso si le temo a las alturas— Narró la jovencita

—¿Le temes a las alturas?

—¿No te diste cuenta?—'Enargó una ceja

—Creí que solo estabas siendo dramática— Dirigió su mirada al cielo, ganando una risilla de Tzuyu.

—Esa noche, te dije que los estrellas eran hermosas.

—Y te dije que eras más hermosas que todas ellas— Volteó a ver a la joven. Aún era hermosa y brillante, aún parecía tan inalcanzable pero suya.

Así que la besó. Con más pasión y menos torpeza que la primera vez —Aún sigo creyendo que eres más hermosa que todas las estrellas del universo— Confesó contra sus labios.

Después de eso, escapó. Bajo tan rápido como pudo y se adentró a su casa. Porque esto se trataba de cerrar un ciclo, de acabar un romance, no de volverlo a empezar.


All The Kisses // TAETZUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora