¿Quien es Janette?

Capitulo 1

"El fruto más prohibido, es el que mejor sabe"

*20 años en el futuro*

Estaba despertando, los primeros rayos de sol se colaban entre las delgadas cortinas que tapaban la puerta de cristal que daba hacia el balcón, talle mis ojos y pude observar con detalle mi alrededor.

Todo estaba igual, la cama con base de madera, los dos pequeños muebles al lado de esta y una lámpara encima de cada uno. Voltee detrás mío y ahí estaba el, mi lindo hermano menor.

-Buenos días- le dije mientras lo despertaba con un beso en la mejilla, este solo parecía gruñir mientras se estiraba y bostezaba por el sueño, que se le notaba, tenia.

-Buenos días- Me respondió sentándose en la cama y dejando al descubierto su fornido torso, presumiendo que hacia ejercicio –Veo que fue una noche algo loca, ¿no crees?

-La verdad no recuerdo mucho de lo que paso- dije levantándome de la cama y dejando atrás las sabanas que cubrían mi cuerpo desnudo y caminando hacia la puerta de cristal del balcón para abrir las cortinas

-Pues yo quiero pensar que fue asombrosa – decía mientras me abrazaba con sus anchos brazos y se acercaba a mí para demostrarme que estaba de buen humor desde temprano

-¿No crees que es muy temprano para esto? –Decía mientras me volteaba y lo miraba de frente, su cabello negro como la noche y unos ojos castaños tan comunes que el hacía parecerlos especiales. Mis manos lentamente bajaban por su torso mientras poco a poco la emoción y la excitación se apoderaban de mí.

-Me parece que tú no crees eso

-Casi parece que estás leyendo mi mente- le dije y nos dimos un largo y apasionado beso, la diversión estaba por empezar y mi cuerpo lo sabía con solo estar a unos centímetros de distancia de él. Sus manos pasaban lentamente de mi cuello a la espalda y así, más y más abajo, hasta llegar a mi espalda baja y levantarme con sus fornidos brazos, y casi por azares del destino o una mal treta del mundo, el teléfono de mi hermano sonó. Poco a poco nos fuimos separando y el me dejo sobre la cama. En lo que él iba a atender, yo me preparaba, lo miraba irse mientras me mordía suavemente mi labio inferior.

Su llamada no había durado mucho, pues a los pocos minutos él había regresado a la habitación, -Perdóname Fati, tendremos que terminar lo nuestro en otro momento, me llamo nuestro padre, quiere que valla inmediatamente.

-¿Y qué hay de mí? ¿No soy su hija también?

-Si lo eres, pero recuerda que el cree que estas en...

-¡En casa de Ceci!

-Exacto, así que será mejor que le hables- Sin pensarlo dos veces, salte de la cama y me puse como loca a buscar mi celular, ni en mi ropa, ni en mi armario, ni en ningún mueble de esta habitación.

-¡Alan! Hazme un favor antes que te vallas, necesito encontrar mi celular.

-Ya entendí- saco su teléfono y marco al mío. En ningún lugar sonaba, no estaba en la cabaña vacacional familiar, estaba a punto de salir corriendo a casa de Ceci para completar la cuartada, y entonces...

-¡Papá! ¿Fátima olvido su celular? Ya veo... Sí, es que le estaba marcando para decirle que nos querías haya y ver si quería que la llevase a la casa, pero supongo que le caeré de sorpresa... Sí, no te preocupes, yo paso por ella... si, te veo en la casa, nos vemos padre... Ahora me debes más que una noche- Me dijo con una sonrisa medio traviesa en su rostro.

-Eso puede esperar, por lo pronto tenemos que ir con nuestro padre.