BTS One Shots

020, Hoseok

Estaba agotada de la misma rutina, cansada de una vida sin altos o bajos, exhausta de lidiar con presupuestos, ganancias o devaluaciones y sobre todo infeliz de no haber podido hacer realidad mi sueño cuando tenía todas las habilidades para lograrlo.

- Nena ¿Tienes lista la renovación de contrato de los chicos con LG?

- Sí papá, se lo dejé por la mañana a Chae. - Besó mi frente y se retiró de la oficina mientras revisaba su teléfono.

Crecí en un ambiente de artistas. Bang Si Hyuk, el famoso fundador de Big Hit pero antes de ello mi padre solía llevarme a la empresa desde que tenía uso de memoria y como era muy pequeña pensaba que su intención era que en un futuro yo viviera sobre los escenarios dentro de un girl group pero ese no era el propósito cuando el papel de heredera en aquel lugar recaía sobre mi persona.

- Pao, te necesitan en la sala ocho. - La sala ocho, sala de los siete éxitos de papá y de mis mayores adoraciones en este mundo.

Caminé a paso lento y me lamenté no haber traído una máquina de toques elétricos para controlarlos en caso no se encuentren con alguno de sus maestros.

- Uno, dos, tres ¡Somos Bang...

- Sí, sí, yo se quienes son desde antes que debutaran ¿Qué pasó? - Tomé asiento y observé como Taehyung y Jimin corrieron hasta mi lugar rodeándome en un cálido abrazo.

- Hemos terminado la coreografía y queríamos que fueras la primera en verla.

Cuando Hoseok terminó de hablar mi corazón se estrujó y no pude evitar que mis ojos se nublaran a causa de mis lágrimas con solo recordar que mis amigos de la infancia aun valoraban mi opinión cuando eran aclamados por medio mundo.

- Está bien, adelante.

Se veían tan felices haciendo lo que amaban que lo hacían perfecto ¿Qué más podía decirles? ¡Que eran maravilloso! y como si fuera poco mis ojos seguían desviándose hacia Jung Hoseok cuando bailaba de esa manera tan impecable e increíble.

- ¿Y bien Pao? - Preguntó Jin con un brillo de emoción en sus ojos.

- Lo han hecho muy bien, estoy muy orgullosa de ustedes. - Se abrazaron y chocaron palmas celebrando, yo amaba tanto la manera en que confiaban en mi, lo adoraba pero las obligaciones me impedían quedarme con ellos. - Debo volver a mi oficina, tenemos una gira de conciertos en camino que no se concretarán solos, nos vemos.

Solo di un par de pasos cuando sentí que tomaban mi hombro intentando detenerme.

- Ya es nuestra hora de almuerzo.- Cuando me di media vuelta para quedar frente a frente con Hoseok, volvió hablar. - ¿Podemos almorzar juntos?

- Normalmente lo hago en mi oficina.

- Está bien, entonces lo haremos ahí.

Genial, las benditas "mariposas" volvían a revolotear por mi cuerpo entero cuando lo sentía cerca y es que aparte de él nadie más me mantenía viva de esa manera.

Nuestro paso fue lento hasta la oficina, entre una plática llena de monosílabos, el sonido de mis tacones y un par de perfectas sonrisas por parte del bailarín.

- ¿Puedo ordenar por los dos? - Asentí y él levantó el teléfono para indicarle a Chaeyoung nuestro almuerzo. - Entonces serían dos cajitas feliz de McDonald's y gracias Chae.

- Hoseok, eso no es un almuerzo.

- Y esto que llamas trabajo no es una vida, al menos no para ti. - Guardé silencio por el hecho de que tenía toda la razón pero al parecer el sintió que me había ofendido porque buscaba con desesperación mi mirada. - Paola lo siento, pensé pedirlo porque...