Buenos días

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- Esto no es justo... solo soy un pequeño tigre y aun así... aun así soy encerrado siempre, obligado a entretener a las multitudes... pero, yo sé que puedo hacer más, sé que puedo dar más de mi

Pensaba aquel cachorro de tigre albino, era recién llegado al circo

- Allí está el, el chico del pan – miro el tigre al chico que le dejaba un pan – el siempre... me ayuda

El chico se había retirado una vez más

- Quisiera poder jugar con él, siempre está con esos chicos y esa niña ¿Qué será ser como ellos? No puedo dejar de verlo

El chico jugaba tranquilo entre los columpios

- Esté parque... me deja verlo, eso es un alivio... si puedo verlo, puedo soportar las torturas

Los días pasaban, el circo llevaba casi un mes en aquel lugar, el cachorro de tigre era entrenado para los show's del circo, un látigo le castigaba a diario pero aquel chico chico siempre le dejaba un pan al pequeño tigre, sin olvidar que si nadie veía, el chico podía acariciarle y sonreírle, el cachorro de tigre se sentía agradecido, se sentía... enamorado

Aquella fatídica noche escucho al dueño del circo decir que pronto se irían, no quería, no quería dejar a aquel chico, quería quedarse.

En esa noche, el cachorro de tigre rogó, rogó y rogó sin descansar al Dios Byakko, el Dios de los tigres

- Chico, ¿Cuánto tiempo piensas llamarme? – hablo un enorme tigre desde aquella jaula

- ¡¿Bya-Byakko-sama?! ¿realmente es Byakko-sama?

- Soy yo chico, eres demasiado joven para rogar de esa manera

- No quiero irme, no quiero dejar a ese humano atrás

- Pero el humano te dejará atrás en algún momento, eres un tigre

- Pero estos humanos me torturan todos los días

- En eso tienes razón – suspiro Byakko – te dejaré vivir como ellos, podrás andar con ellos pero

- ¿Pero?

- No puedes ser tocado por la persona que amas

- ¿Por qué no?

- Porque la magia del amor es algo muy fuerte, más que mis poderes, el amor lo es todo, si él te toca anulará mi magia y volverás a ser un tigre y desaparecerás 

- La magia del amor... - suspiro el tigre – ¿podré jugar con él?

- Así es

- Entonces... Byakko-sama, por favor tu magia préstame

El cachorro de tigre vio su transformación, la cola y orejas se fueron, el pelaje extra también, sus patas ahora eran manos y piernas, su sonrisa era radiante. El tigre ahora siendo un niño pudo salir de la jaula, sonrió y agradeció a Byakko mientras corría, corrió y corrió hasta desaparecer del lugar.

Al día siguiente una gran conmoción reinaba entre los del circo, el chico del pan estaba preocupado, aquel tigre siempre le había parecido un hermoso animal y el pobre había sido secuestrado, su corazón se estrujo cuando escucho un niño llamarle

- Chico, chico – le llamaron y volteo

- Tengo un nombre y... ¿Quién eres tú? – preguntó el chico del pan

El intrépido tigre que se enamoró - AkuAtsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora