I'd never be angry because of you » Fluff

5K 159 24
                                    

Los primeros rayos de sol se filtraron por las persianas, intentando inundar con su luz la habitación. Mi primer instinto al abrir los ojos fue mirar en mi móvil la hora que era y me sorprendí al ver lo pronto que había conseguido despertarme sin la pequeña ayuda de mi despertador o el brazo de mi novio meciéndome mientras suplicaba por dormir 5 minutos más.

Giré sobre mí misma en la cama para observar la figura de él, quien se encontraba descansando sobre su pecho mirando en dirección opuesta a la mía mientras los rayos de sol, en compañía con las finas líneas de las persianas, dibujaban pequeños surcos sobre su espalda desnuda.
Un suspiro fuerte abandonó sus labios para inundar el silencio de la habitación y enseguida mi boca se volvió a llenar con el mismo sabor amargo con el que me había quedado dormida el día anterior tras nuestra breve pero intensa discusión. Me resultaba triste admitirlo, pero era justo en lo que se había convertido nuestra relación durante los últimos 5 meses, cuando todas las miradas se habían centrado en él y su día a día se basaba en reuniones y viajes inesperados en los que la mayoría de las veces no había sitio para mí. Era su trabajo, hasta ese punto lo entendía, lo que verdaderamente me frustraba era tener que acompañarle al aeropuerto sin saber a ciencia cierta cuando le volvería a ver y que encima, cuando regresara, tampoco fuera a saber cuando tendría que volver a decirle adiós. Le echaba de menos incluso cuando estaba aquí, conmigo, ya que incluso teniéndole cerca fisicamente; sentía que su mente seguía fuera de su cuerpo, de viaje con un billete de solo ida.
Aún con todo esto, siempre había sido incapaz de enfadarme con él más de 30 minutos seguidos. Mucho menos cuando al comprobar la hora que era en mi teléfono, me había dado cuenta de que solo me quedaban 7 horas para inundarme de él antes de que volviera a irse.

Mis dedos se deslizaron por la suavidad de las sábanas hasta toparse con su brazo, dejando suaves caricias hasta su omoplato. Sentí como se revolvía ante el inesperado contacto de mi piel sobre la suya y pensé en que quizás las puntas de mis dedos estaban demasiado frías para él al notar como el poco vello de sus brazos se erizaba. Aún así, no escuché ni sentí ninguna negativa por su parte para indicarme que parará y le dejara descansar; por lo que seguí acariciándole de la forma más delicada que pude, remarcando los surcos de su trabajada espalda que se formaban en ella en parte gracias a la postura que tenía.
Continúe así durante unos 5 minutos antes de que él soltará un gruñido mientras se estiraba y girará su cabeza hacia mi dirección. Entonces deje caer mi mano de vuelta sobre las sábanas mientras observaba de forma atenta como intentaba abrir los ojos de forma perezosa. Me sonrió sin enseñar los dientes al conseguirlo, obteniendo otra sonrisa por mi parte. Entonces sus dedos se posaron sobre la mano con la que minutos antes le había estado acariciando y la llevo a sus labios para besarla de forma delicada. Sentí como mi corazón se derretía un poquito más al verle hacer eso.
– Buenos días cariño.– Su tono de voz era ronco y sus dedos seguía jugueteando con los míos.
– Buenos días.– Respondí observando cada caricia que nuestros dedos se regalaban.
Su sonrisa se intensificó y se incorporó un poco para acercarse a mí hasta que sus manos se posaron a cada uno de los lados exteriores de mis costillas en un abrazo torpe pero bonito y su cabeza encontró su sitio en el hueco de mi cuello. Los dedos de mi mano izquierda se deslizaron por los mechones de sus desastroso pelo mientras que mi otra mano acariciaba uno de sus brazos. Besé su frente, ganándome un suspiro por parte de él, y deje caer mi cabeza sobre la suya. Mis fosas nasales se inundaron del olor tan particular a cítricos y gomina que siempre tenía su pelo y sonreí sabiendo que por muy lejos que estuviera de mí, yo nunca sería capaz de olvidar tan característico olor.

La calidez de sus labios me sorprendió mientras dejaba pequeños besos en mi cuello, consiguiendo que la piel se me pusiera de gallina en el mismo instante en el que su nariz rozó el lóbulo de mi oreja. Baje la cabeza y uní nuestros labios, él sonrió en mitad del beso y se centró en seguir mi ritmo, ambos saboreando al otro como si esa fuera la última vez.
– Te voy a echar de menos, pequeña.– Anunció.
– Más te vale.– Contesté en tono amenazador y él soltó una pequeña risita.
– ¿Me acompañarás al aeropuerto o estarás demasiado enfadada para ello?
– Yo nunca estoy demasiado enfadada cuando tiene que ver contigo, Tom.– Confesé.
Él mordió su labio inferior con la más tierna de las miradas antes de volver a unir nuestros labios mientras en mi cabeza yo solo pensaba en lo mucho que deseaba que las 6 horas y 45 minutos que nos quedaban juntos fueran exactamente en esa posición.

☾ ☾ ☾ ☾

Primer imagina/one shot subido.
Espero que a ti, pequeña personita que estás leyendo esto, te guste, y si es así, por favor házmelo saber con una estrellita y un comentario.

Trataré de actualizar pronto, promise 💜

One shots » Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora