Eddie miraba al cielo, parcialmente cubierto por las copas de los árboles tupidos de hojas rojizas. El otoño era espledoroso, y el pequeño había decidido apreciarlo ahora más que nunca.
Su madre había conseguido un buen lugar para vivir en Boston, se mudaban al día siguiente.
No era algo realmente extraño. Desde que habían enfrentado a aquel horrible monstruo, las personas habían comenzado a dejar Derry como una bandada de aves que huye del invierno.
Incluso Beverly, Bill, Ben y Stan habían dejado el pueblo en busca de vidas mas prometedoras.
Pero había algo que Eddie realmente le dolía dejar, o mejor dicho, a alguien.
Richie Tozier.
Antes de que Eddie pudiera seguir hundiéndose en lo más profundo de sus pensamientos, el rostro de Richie estaba sorpresivamente a centímetros del suyo propio.
—Hola, Eds— sonrió divertido.
El pequeño se sobresaltó, levantándose de golpe haciendo que las frentes de ambos chocaran la una contra la otra.
—¡Ay!— exclamaron al unísono.
—¡Richie!— Eddie habló a modo de regaño, sobandose la frente—. ¿Qué haces aquí?
—Quería verte, dah.
Ambos estaban ahora arrodillados el uno frente al otro sobre el césped, sobandose sus frentes.
—Nos vimos hace media hora, Richie.
Tenían 16 años, pero eso no impedía que sus comportamientos de quiénes habían sido de niños volvieran a salir a la luz con constancia. Sobre todo si se trataba de Richie.
—Nunca es suficiente tiempo— el comentario del de lentes llegó directo al corazón del más pequeño, quién tomó su mano en un gesto de cariño—. No quiero que te vayas Eddie...
El castaño suspiró, acercándose a depositar un casto beso en los labios de Richie, que el contrario correspondió intensificandolo. Sus lenguas bailaban en una danza que solo ellos conocían. Eddie rodeó el cuello del pelinegro con sus brazos, y este último le rodeó la cintura con los suyos.
¿Era eso todo? ¿Era así como se despedirían?
Richie cortó el beso de golpe, su ojos brillaban y Eddie reconoció el brillo enseguida. El bocazas planeaba algo.
—No Richie, no viviré en tu sótano en secreto— se quiso adelantar—. Creía que eso había quedado claro.
El nombrado negó con la cabeza de forma energética.
—No es eso— y luego le sonrió coqueto—. Aunque deberías pensarlo, el sótano es un lugar oscuro y yo soy el único que lo visita.
—Richie...
—Okey okey, no sótano, ya entendí.
El de lentes corrió hasta la banca en donde había dejado su mochila y sacó de ahí una especie de ¿reproductor musical? Eddie lo observó con curiosidad.
Apenas se dio cuenta, comenzó a reproducirse en este pequeño aparato una canción bastante conocida para los dos:
Wind of change, de Scorpions, uno de los grupos favoritos de Eddie, quien ladeo la cabeza ligeramente, aún arrodillado sobre el césped.
Richie caminó hasta el como todo un galán y le extendió la mano fingiendo que se quitaba un sombrero.
—¿Me concede esta pieza señor Kaspbrak?
—¿Estás de broma?— Eddie se sonrojó de golpe—. Sabes...sabes que yo no bailo.
Richie sonrió de medio lado.
—Por eso esto es perfecto— le dijo—. Quiero ser la primera persona con la que compartas un baile.
El castaño abrió los ojos un tanto sorprendido por esta nueva actitud de Richie, quien no se caracterizaba por ser romántico, ni mucho menos abiertamente empalagoso.
—Baila conmigo, Eds— insistió casi pasivamente.
Finalmente tomó la mano de su novio, entrelazando sus dedos. Se levantó, sus cuerpos chocaron ligeramente mientras Richie le invitaba a poner las manos alrededor de su cuello y ponía las suyas rodeando la cintura del más bajito.
Sus manos se juntaron y comenzaron un pequeño vaivén de sus cuerpos al compás de la música. Al principio, Eddie estaba tenso, pero la mirada tan segura y brillante de Richie le ayudó a tranquilizarse un poco.
—Quiero que cuando pienses en mi digas que he sido yo he quién te ha invitado a bailar por primera vez— Richie le susurró al oído—. No importa lo que pase...
—Pensaré en nosotros así— Eddie completó la frase—. Pensaré en ti Richie, lo prometo.
El pelinegro solo sonrió. No se habían dado cuenta que la música ya había parado hace un buen rato y bailaban solo al compás del viento.
—Te quiero, Rich.
—Y yo a ti, E...
Eddie le cortó, besando sus labios de forma abrupta para evitar que Richie volviera a utilizar aquel apodo.
—No me llames así, lo detesto— le dijo, sin poder evitar sonreír tan solo a un par de centímetros del rostro del contrario.
—Te encanta que te llame así.
Y entonces no importaba lo que pasara mañana, porque sabían que se tendrían el uno al otro incluso en los recuerdos....
Y Eddie siempre recordaría aquel momento.
"Baila conmigo, Eds"
....
Espero hayan disfrutado de este one-shot tanto como disfrute escribirlo.
Sencillamente amo a esta pareja en todos los aspectos posibles, son tan hermosos 😍
Déjenme su opinión sobre este pequeño capítulo c:
¡Gracias por leer! Bye💕
ESTÁS LEYENDO
Baila conmigo, Eds | Reddie one-shot.
FanficEddie se irá del pueblo, pero Richie le tiene guardada una última sorpresa. *** One-shot original. Los personajes no me pertenecen pero si sus diálogos en esta pequeña historia. Publicada: 31/08/2018