C a p í t u l o 1.

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-¿Quieres dejarme a mi, abuela?

-No hija, que de verdad yo se arreglarlo... -dijo, apretando todos los botones del mando a distancia-. Ay... Estúpido artefacto...

-Trae aquí anda...

Suspiré, cogí el mando a distancia y apreté el botón de encendido. En esto que lo hago, la pantalla de la televisión se encendió y mi abuela, Rose, se quedó impresionada.

-¿Como lo hiciste pequeña?

-Es demasiado fácil, solo tenías que dejar cargar la televisión y luego...

Hoy estábamos a martes y eran las 9:30 de la mañana. Estaba explicándo a mi abuela que la televisión del salón no estaba estropeada, solo necesitaba reposar unos minutos para así volver a encenderlo.
Mi abuela no sabía mucho sobre la tecnología, solo las cosas hechas a mano y "pasadas de moda" pero eso no me era molestia, puesto que era entendible en ella.
Después de ayudarla con la televisión ella se puso a hacer el desayuno de las dos y yo a barrer un poco el salón; siempre que pasaba yo por delante de la tele, me fijaba en el reloj tan extraño que había colgando en la pared. El reloj era de piedra, con la forma de un equilatero y con la punta del medio hacia abajo; en cada esquina había un sol, y en medio, donde las agujas, una media luna; las agujas parecían estar hechas de la piedra turquesa, con las puntas pintadas de un suave color dorado y los números hechos a suaves pinceladas, de el mismo color que las puntas de las agujas.
Siempre he tenido la duda de, como una cosa tan exótica iba a acabar en el mismo techo en el que vivo yo.

-Aldara, ya tienes el desayuno preparado... Por favor ve sacando cosas al salón.

-Claro abuela, ahora mismo voy -dejé la escoba en su sitio y saqué de un mueble de la cocina una caja de cereales, el azúcar y un paquete de galletas "María"-.

Llevé las cosas a la mesa del salón junto a mi taza de leche fría y dos servilletas, una colocada al frente de la otra. Me senté en la silla y la arrimé a la mesa, apoyando mis antebrazos en la mesa; después de ello, llegó mi abuela con su taza de leche, sentándose seguido de un "Que aproveche." y abriendo el paquete de galletas.
En aquel instante, sentí que podría aprovechar el momento para preguntarle una duda sobre el reloj, y eso hice.

-Oye abuela...

-¿Mmm? -dijo mojando y mordiendo una galleta-.

-Ese reloj... ¿Como lo conseguiste? O, no se... ¿De donde lo sacaste?

-... -se quedó pensando un poco antes de responderme, sin expresión en su cara; hasta que, al final, tragó la galeta y respondió-. Verás... Era de tu padre y de tu madre. En su momento, mi madre me lo dio a mi, y yo se lo di a tu madre, puesto que, el reloj es un objeto que a ido pasando por toda la familia. Tu tatara-tatara abuelo lo creó con sus propias manos, haciendo referencia a unas tierras que poseía el... Pronto, esa piedra colgada en la pared, será tuyo...

A cada palabra que salía de su boca le prestaba mucha atención...

"Continuará."

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⏰ Última actualización: Feb 03, 2022 ⏰

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