(En la Dimensión Prohibida, Kuroka estaba viendo unas fotografías, cuando sus dos hijos, los pequeños Kratos y Kuroten, se le acercaron con mucha curiosidad)
Kratos.- ¿Mamá? ¿Tienes un momento?
Kuroka.- ¡Claro! ¿Qué ocurre?
Kratos.- ¡Pues... Kuroten y yo estuvimos conversando... y siempre tuvimos la misma duda...!
Kuroten.- ...¿Cómo conociste a nuestro padre? O más bien, ¿Qué es lo que te llamó la atención de él?
Kuroka.- ¿Por qué lo preguntan?
Kratos.- ¡A medida que crecemos, hemos notado que Papá siempre muestra un carácter muy agresivo, inestable, y la mayoría de las veces evita relacionarse con nosotros!
Kuroten.- ¡Ambos sentimos que él no nos valora! ¡Que somos un obstáculo ante sus ojos!
(Kuroka respiró profundo, y habló con sus pequeños)
Kuroka.- "Cuando conocí a su padre, no sentía ninguna atracción hacia él... (Kuroka recuerda el día en que Khaos la raptó y la llevó a su dimensión)... cuando su padre me trajo a ésta dimensión, no lograba entender el porqué. Tal y como lo dicen, él siempre mostró un temperamento inestable e incomprensible... así que adaptarme a su forma de vida, su cultura, sus hábitos, entre otros, no fue sencillo. Pensé que sólo era una prisionera. Sin embargo, me pregunté a mí misma: si soy su prisionera, ¿Por qué tengo permitido ir a donde y cuando quiera en éste sitio? Fue entonces que... en un momento, cuando caminaba por estos mismos pasillos, encontré una puerta que estaba entreabierta... y entonces, entendí el porqué de todo..."
(Kuroka recordó el momento en que vió la puerta, y, por ende, a Khaos, quien estaba arrodillado ante unos cuadros con los retratos de los 9 Dioses del Caos. Kuroka escuchó que Khaos se estaba dirigiendo a ésos cuadros)
Khaos.- "¡Perdónenme! ¡Perdónenme si la sentí! ¡Una leve atracción hacia la luz! ¡Yo les prometí que acabaría con todo aquél que se interpusiera en nuestro objetivo! ¡Pero... ésa chica... Kuroka... no me lo permite! ¡Soy el 10° sucesor, el 10° Dios del Caos... pero el primero en sentir afecto a un ser distinto!"
(Kuroka estaba escuchando atentamente)
Khaos.- "¡Kuroka...ella se ha robado mi corazón...!"
(Kuroka se sonrojó. No podía creer lo que había escuchado: Khaos amaba a Kuroka. De repente, Kuroka se sintió extraña. Su corazón comenzó a latir con fuerza. Kuroka entendió el porqué Khaos la raptó: no fue para tratarla como esclava, ni tampoco para destruirla, sino para evitar que sea destruida con las demás dimensiones de la superficie. Entonces, Khaos salió de la habitación, y vió a Kuroka. Supo que lo estaba espiando)
Khaos.- (furioso, avergonzado) ¡¿Co-cómo te atreves a escuchar mis...?!
(Repentinamente, Kuroka se lanzó sobre Khaos, y lo besó apasionadamente)
Khaos.- (sorprendido) ¡¿Qué estás...?!
Kuroka.- ¡Shhh...! ¡No digas nada! ¡Ya escuché lo que tenía que oír! ¡Me alegra estar aquí contigo, Khaos!
Khaos.- (respira hondo)...Bhruno...
Kuroka.- (extrañada) ¿Cómo?
Khaos.- ...Mi nombre real es Bhruno... "Khaos" es sólo el nombre con el que me bautizaron mis ancestros para continuar su legado...
Kuroka.- (sonriendo) ¿Y te molestaría que te llamen por tu nombre real?
Khaos- ¡Sí, me molestaría! ¡Sólo te lo permitiría a tí, Kuroka!
Kuroka.- ¡Me alegro de oír eso... Bhruno...!
Khaos.- Kuroka...
(Khaos y Kuroka se siguieron besando. De vuelta en el presente, Kuroka sonrió)
Kuroka.- ¡El problema que tiene su padre no es la insensibilidad, sino que no tiene la más remota idea de cómo expresarse! ¡Por ésa razón prefiere mostrar indiferencia al resto, pero no significa que no los ame a los dos! ¡Créanme... lo sé!
(Kuroka recuerda el momento en que ella y Khaos se "acostaron". Fue en ése instante en que Khaos dió el primer paso, diciéndole a Kuroka: "te amo", respondiéndole él: "y yo a tí". Fue algo inolvidable)
