Buena decisión.

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Pero no sabía si irme o quedarme con un grupo que estaba preparando para la feria de literatura.

Decidí quedarme, pero poco a poco se comenzaron a ir esas personas quedando un compañero, mi maestra de literatura Karla y yo estábamos haciendo una roca pero con papel periódico y un cartón de base.

Comenzamos a conversar, la miss Karla y yo, hablamos sobre los maestros, de la anterior maestra de literatura que la botaron, la puesta de renuncia de una excelente profesora de matemáticas, llamada Gloria Jara, de los dirigentes del colegio e injusticias que se cometieron en ese colegio; sobre mis hermanos que no me querian, mi familia separada, sueños que me relataban lo que iba a pasar, carreras para coger en la universidad, sobre la vida de ella, sus oportunidades de trabajo y anécdotas.

Pero la parte más importante es cuando le dije de mis depresiones, intentos de suicidio y lo que le pedí a Dios. Ella comentó con firmeza que yo estaba siendo "Mediocre y Egoísta", estás palabras revolucionaron mi vida y mis pensamientos, y me lo explicó así:

Mediocre, porque estaba pensando en morir y no recuerdo de tantas formas que Dios me a salvado de la muerte. Y Egoísta, porque yo estoy en vida, tal vez no para que yo sea feliz, pero puedo ser ese escalón que llevará a mucha gente a la cima y a llegar su felicidad.

Dos palabras revolucionarias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora