Efímero©

Capítulo I.

Había demasiado silencio, no ese tipo de silencio incómodo, pero sí sospechoso, ¿Samantha sin comentar nada sobre alguna película? Era de no creerse. Ambas disfrutábamos de un merecido descanso luego de un día ajetreado, recostadas en la cama de mi habitación.

-Amo estar aquí, en tu cueva. Es como uno de mis lugares favoritos en el mundo. -Comentó al fin la pelinegra.

-Eso es porque te alimento con comida chatarra, no hay quién nos moleste y sí, además de todo soy tu chofer. -Acusé recriminatoriamente.

Estallamos en carcajadas, era inevitable a su lado.

-Creo que deberías salir con Alex y conmigo.

Negué energéticamente con la cabeza.

-¿Y quedarme sola en la plaza mientras ustedes están besuqueándose por ahí? Creo que paso.

-Puedes invitar a alguien más, para que no estés sola. -Propuso rápidamente.

-No lo creo, por si no olvidas, tú me robaste la vida social. -Repliqué.

-Es cierto, soy una mala persona. -Agregó mientras limpiaba de su rostro una lágrima imaginaria.

Y ahí estaban las risas otra vez.

El tiempo pasó rápido, y el final de la película estaba cerca, ninguna pronunció palabra de nuevo, cada una estaba concentrada en la pantalla y en los bocadillos improvisados que habíamos preparado.

-Hoy en en colegio, luego de mi presentación, se me juntó el ganado. -Agregué con la mirada aún fija en la pantalla.

-¿Se te qué cosa? -Preguntó ella con la mirada fija en mí, como si de pronto me hubiera salido un tercer ojo en la cara.

-Se me juntó el ganado. -Respondí encogiéndome de hombros. -Así le llamo al hecho de que los tres chicos que me gustan estuvieron al mismo tiempo y en el mismo lugar que yo. -Agregué mientras ella aún me miraba confundida. -Ya sabes, porque mientras el ganado, no sepa que es ganado la granja está contenta.

-No tienes remedio. -Dijo con una sonrisa en el rostro.

-Lo sé. -Acepté correspondiendo a su sonrisa.

-¿Quién es tu ganado Draven? -Interrogó curiosa.

-David Sanz...

-...aún no supera a su ex.

-William Danniels

-...tiene novia Lyra. -Refutó molesta.

-Ya, pero solo es mi amiguito. De hecho hoy al finalizar el evento, el cuál como ya sabes ganamos, se acercó y me felicitó con un gran abrazo, fue bonito, realmente acogedor.

Rodó los ojos ante mis palabras.

-No quiero escuchar más sobre eso.

Entorno los ojos en mi dirección, era característico en ella, lo hacía siempre que quería intimidar, aunque era inútil, era en sus propias palabras, «tan intimidante como un pollo con cuchillo».

Tomé mi móvil y comencé a revisar las notificaciones, nada importante, al menos no de quién me interesaba. Un momento, me detuve al ver la burbuja del chat, hacía meses no hablábamos y ahora recibía un mensaje suyo:

«¿Quieres salir?»

¿Qué debía hacer? ¿Responder? Hace un par de meses esperaba con anhelo ese mensaje, pero ¿Ahora? Ahora no sabía exactamente qué sentir.

-¿Hola? Tierra llamando a Lyra. -Sam agitó varias veces su mano frente a mi rostro para captar mi atención. -¿Quién es tan importante como para que ignores a Chris Evans?

-¿Recuerdas que te dije «los tres chicos que me gustan, pero solo mencioné dos? -Asintió. -El tercero, Natthaniel Webster.

-...ah, pues él, espera, ¿Quién es?

-Es amigo de Cam, lo conocí en las vacaciones de verano, fue mi crush durante meses. -Ella solo me miraba atenta procesando la información. -Se suponía que le gustaba, pero en realidad, nunca pasó nada.

-¿Y qué quiere? -Inquirió curiosa.

-Salir. -Respondí restándole importancia.

-¿Hoy?

-Eso creo.

-Vamos, sal con él.

-No lo creo, estoy cansada, y realmente no tengo ganas de arreglarme.

Era verdad, recién iniciaba la semana, y ya estaba harta, presentación, tras presentación, exámenes finales, tareas y trabajos, lo que menos necesitaba en ese momento era salir.

-El tipo hasta hace poco te gustaba. -Puntualizó. -¿Tiene novia? -Negué con la cabeza? -Mejor aún, ¿Arreglarte? ¡Que va! Ya estás lista, solo necesitas abrigarte. Anda, vamos, necesito que salgas, necesitamos conseguirte un novio y que digas que saldrás conmigo, así no me regañaran en casa. ¿Sí? Por favor. -Insistió haciendo pucheros.

Era imposible negarle algo, era sencillamente adorable. Era esa clase de persona que a primera vista te daba ternura y después de conocerla, también.

-Está bien, tú ganas. -Levanté los brazos en señal de rendición.

Entablar conversación Natt era difícil, solo respondía en monosílabos, literalmente, y fue una de las muchas cosas que hicieron que perdiera el interés en él, pese a ello, logré que accediera a salir conmigo bajo mis términos.

«A las siete».

«Muy tarde».

«No lo es, es la hora perfecta».

«No se puede hacer nada».

«Podemos caminar, qué se yo».

«¿Dónde?»

«En el parque principal».

«Nos van a asaltar».

«Entonces no puedo, adiós».

«Ahí te veré».

Una vez más, Lyra Draven, ganando como siempre, o tal vez solo era el princio de una situación en la que inevitablemente perdería.