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"Sin saberlo conscientemente, estarían buscándose desde el mismo momento de su nacimiento, revelándose en sueños y en tantos mensajes que la vida iría tejiendo en el tiempo, diseñando el camino de vuelta a ese amor eterno"

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Mi madre dice que cuando tenía una corta edad de 4 años, mientras dormía manifestaba actitudes extrañas, diciendo que cuando lograba quedarme dormido, sonreía mucho, y que mencionaba mucho un nombre que dice no recordar, pero que al despertar no lograba calmarme, que lloraba y lloraba, y empezaba a gritar que no quería que me separaran de él, no otra vez.

Cuando cumplí 7 años, empece a tener una obsesión con el nombre Alfredo, me gustaba mucho escribir el nombre en mis cuadernos de la escuela. Se justificó mi comportamiento diciendo que como mi mejor amigo se llamaba Alfonso, yo quería escribirlo así, pero que como recién estaba aprendiendo a escribir, confundía letras. Yo sabía que no era así.

Pasaron años y no volví a tener ningún episodio así, la secundaria fue una época muy feliz, ahí conocí a uno de mis mejores amigos, llamado Jos. El siempre estuvo ahí para mi, de hecho siempre fue vecino mío durante mi infancia, pero jamás habíamos hablado.

Mi primer año de preparatoria fue algo tranquilo, aunque en mi salón había un tal "José Alfredo" que siempre se me quedaba viendo durante clases, jamás tuve el valor de preguntarle si ocurría algo, porque siempre que me acercaba a él, perdía la fuerza y terminas cayéndome en el piso. Era una sensación bastante linda, pero igual no era algo a lo que estuviera acostumbrado.

Unos meses después, Jos se hizo amigo de un tal Alonso, empezamos a juntarnos y ya éramos un grupo de tres, luego Alonso integró a Alan. La verdad me agradaba mucho tener amigos nuevos, era algo diferente y me agradaba tener con quien pasar el tiempo durante los recesos y clases en común.
Al final, resulto que el tal "José Alfredo" quien ahora le digo Freddy, es primo de Alan, entonces igual se incorporó a nuestro pequeño club. Eso me ponía muy feliz, porque de un solo amigo que tenía al principio, en un año ya había obtenido tres amigos más.

Alonso y Jos se habían hecho muy amigos, empezaron a formar una amistad mucho más íntima, hasta que por fin se hicieron novios. Siempre me sentí muy feliz por ambos, en especial por Jos, que en verdad se veía muy feliz con Alonso. Pero unos meses después, Alonso terminó engañando a Jos con Alan, entonces en ese momento el grupo se rompió.
Ninguno quiso hablar jamás para arreglarlo, entonces volvía a estar solo, porque Jos se sentía tan mal que había dejado de ir a la escuela, y Alan y Alonso me evitaban completamente, la verdad no los odiaba pero si agradecía que no se me acercaran, igual yo también estaba dolido.

Luego, al entrar a segundo año, Freddy empezó a buscarme mucho, siempre almorzaba conmigo, o se sentaba conmigo en las clases en común. La verdad es que la presencia de ese chico me ponía muy nervioso, en especial cuando reía, su linda sonrisa me cautivaba por segundos, que terminaban siendo minutos, horas. Poco después me di cuenta de que solo tal vez, Freddy me gustaba.

Freddy estuvo conmigo siempre que lo necesite; pero cuando volvió Jos, como que se alejó de mi, eso me destrozó muchísimo.
Pero un día, mientras caminaba de regreso a casa, ya que Jos me dijo que tenía que ir a otro lado, escuché a Freddy gritarme desde lo lejos, y en cuestión de segundos lo tenía alado mío.

Me acompaño a casa, y lo invité a pasar. Al principio dijo que no, que tenía prisa porque tenía que estudiar para un examen, entonces me ofrecí a ayudarlo. Después de comer algo rápido, lo invite a subir a mi cuarto para estar más cómodos.

Mientras resolvíamos la tarea de matemáticas, a Freddy se le cayó su lápiz al piso, ambos al querer recogerlo nos rozamos la mano, en verdad una de las sensaciones más mágicas que podrían existir. No sé cómo pasó, pero terminamos juntando nuestras manos y cerrándolas, haciendo que estas se unieran, se sentía perfecto, y encajaban como si se hubieran hecho a la medida perfecta.
Cuando alce mi vista y lo vi, noté que igual sentía todo esto, sus ojos lo delataban, brillaban como los míos.

...

Terminamos de estudiar y de hacer la tarea, acompañe a Freddy a la puerta, me agradeció por todo, y me dio un pequeño abrazo, donde sentí que mi corazón brincaba de emoción, y luego salió, al cerrar la puerta me recargue en ella y, solté un largo suspiro, pero no había sido el único, del otro lado de la puerta, noté que Freddy había hecho lo mismo.
Soltamos una risilla y decidí subir a mi cuarto a descansar.

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"Sus manos cabrían perfectamente en las del otro, sus pechos poseerían el espacio perfecto para que ambos se sintieran protegidos por el otro cuando se abrazaran, y sus corazones se convertirían en un solo pálpito"

Luna de OctubreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora