Nuestro

prólogo

Los seis chicos observaban a detalle el rostro de su padre, esperando a que esté desmintiera lo dicho.

-¿Estas de broma verdad?-se atrevió a preguntar el menor con notable enojó en su voz- no puedes traer a un extraño sin tan siquiera consultarnos. No haces más qu alterar nuestro ritmo de vida.

-Jungkook-advirtio Jin, lanzandole una mirada furtiva para que callara.

-Lo siento chicos, pero hace tiempo he tomado mi decisión-suspiro el padre- ustedes ya casi son unos adultos, así no creo que algo así sea un inconveniente, espero que se comporten como es debido y sean un ejemplo a seguir para su nuevo hermano.

Dicho aquello el señor Kim se retiró, no sin antes darle las buenas noches a sus queridos hijos.

-Le hace falta un tornillo al viejo-murmuro Nam con pesar- ¿Cómo espera que cuidemos de un mocoso, y con la condición que tiene?

-exactamente, cómo espera que lo cuidemos si no podemos ni manter vivo un pez-comento Tae al ver de reojo la pecera de la sala.

-¡Que!¡Kim taehyung!¡Te dije Miles de veces que alimentaras al pez!-grito Jin horrorizado al notar que flappy flotaba, pero no como lo hacen los peces... Vivos.

-Me compadesco del chiquillo-murmuro Jimin al ver como el mayor le aventaba la chancla directo a la cabeza al piel canela. Mentalmente resaba por qué el pecesito dorado hubiera pasado a una mejor vida.

-Estoy de acuerdo contigo-dijo hoseok.

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