EL DRAGON AURA

MI DECISIÓN, MI DESTINÓ.

MI DECISIÓN, MI DESTINÓ.

Han transcurrido varios minutos desde que Arceus y compañia se fueron a pueblo Verdegal, en un claro del bosque de Hoen Bonnie comenzaba a despertar, todo para ella era borroso, despues de unos segundos su vista se aclaro y la primera imagen que tuvo fue el rostro de Max.

— Bonnie que bueno que despiertas— comentó Max con tranquilidad.

— ¿que paso?— preguntó Bonnie insegura, poco despues recordó lo que pasó— ¡Newtwo! ¿Como esta el?— preguntó totalmente preocupada y comenzó a levantarse.

—No te preocupes el esta bien— respondió Max tranquilidad— Darkrai se encargó de liberar a Newtwo de esa energía oscura, ahora esta descansando— comentó mientras dirigia su vista asía Newtwo y Rayquaza, donde el primero esta dormido y el otro se mantenía alerta por cualquier cosa que pudiera pasar.

Bonnie se alegró al ver a Newtwo mejor, al ver que Darkrai no se encontraba presenté preguntó por él, Max le respondió que él se tuvo que ir dado a que su habilidad pesadilla, podría dañar a Newtwo si él seguía presenté.
Bonnie lo entendió a la perfección y no siguió preguntando.

El tiempo pasó, Newtwo comenzo a despertar, rápidamente se reincorporó y estaba mas que apresurado por reunirse con Arceus sin embargo antes de poder decir o hacer algo, ellos notaron cómo una gigantesca pantalla apareció en el cielo, ahí vieron por primera vez a Liebre Lunar y su relató los dejó confundidos.

Después de unos minutos Misty y compañia regresaban, a todos ellos se les notaba preocupados, Max, Newtwo, Rayquaza y Bonnie se alarmaron al verlos asi, sobretodo por que Arceus no venía con ellos ahora, pero Max era el mas alarmado por que su hermana no venía con ellos.

Sin decir palabra alguna todos se dirigieron a ciudad Petalburgo, apesar de que Max quería preguntar por su hermana no encontraba la forma de hacerlo el tenia un mal presentimiento.

Mientras tanto Arceus notó la espada Yamato tirada en el suelo, usando su poder introdujo la espada en su tablilla del tipo Siniestro.

Después de un largó tiempo las historias de Liebre Lunar y Arceus fueron de conocimiento de todo el mundo, Giratina, Dialga y Palkia dieron su decisión de no interferirían en esta guerra, la familia de May asi como sus amigos lloraban por aquella joven, no solo ellos si no todos en esa ciudad lo hacían ya que May había alzado en alto del nombre de esa ciudad, ella era tan querida ahí como lo era Serena, la reina campiona de Kalos, todo el pueblo ahora tenía una cosa en Menté vengar la muerte de la llamada princesa de Hoen.

Mientras todo eso pasaba Arceus se separo un poco de la vista de todos juntó a Io y se puso hablar con ella.

—Io tu aura me demuestra que dices la verdad— comenzó hablar Arceus serio.

— Gracias por creerme Arceus, se que mis orígenes no son nada convencionales— Respondió Io con calma— Pero mi objetivo es claro venceré a mi padre y a Liebre Lunar— comentó decidida y segura.

— Lo se y es por eso que consideró que necesitarás esto— Tras decir eso Arceus su tablilla del tipo siniestro se colocó frente a Io y el mango de Yamato se hizo visible.

Io al ver tal arma se sorprendió, no sabía si en verdad tomarla ya que no se consideraba digna de ese poder.

—Por favor Io toma a Yamato y usa su poder para derrotar a esos dos— Dijo Arceus calmada— Yo cree originalmente esta arma para derrotar a Liebre Lunar y se que tu podrás controlar su poder para lograrlo— Comentó sereno.

Io estaba aún sorprendida por eso, después de unos segundos tomo el mango de Yamato y la retiro de la tablilla de Arceus, ya en su mano esta espada resplandeció y desaparecio dentro del brazo de Io, ella comenzó a sentir un fuerte dolor en todo su cuerpo, cayó de rodillas y se abrazaba a si misma, estuvo apuntó de gritar pero el dolor desaparece, ella se levanta.