Amnesia

145 15 2
                                    

La típica noche que sales a fumarte un cigarro a las 2 a.m para bajar un poco la ansiedad, esa presión en el pecho a la que denominamos enemiga, bueno, cada uno la combate de una forma, en mi caso, con salir con mis auriculares, un par de cigarrillos y dar un buen paseo se me pasa. He de decir que siempre he sido una chica insegura, por mis miles de complejos y mi miedo a actuar, por lo que es de esperar mi miedo a todo, aunque más que a los típicos miedos base tipo, temer a la oscuridad, temer a los monstruos inexistentes... yo le tengo miedo a la realidad. 

Una de mis rutas favoritas para mis paseos nocturnos era a la salida del pueblo, había un camino totalmente oscuro en forma de cuesta abajo que bajaba hasta casi el infinito, se podía respirar tranquilidad. Dispuesta a tomar ese camino encendí mi primer cigarro, notaba el humo entre la oscuridad densa a medida que iba avanzando, para mi, la linterna del móvil era prácticamente innecesaria, la oscuridad era casi tan relajante como el tema de System Of a Down que sonaba en mis auriculares. 

Fue terminar de fumar mi primer cigarro y unos segundos mas tarde de tirar la colilla al suelo, empecé a notar un hedor bastante desagradable. Repentinamente mis sentidos se activaron y empecé a notar que había avanzado bastante, así como que el camino se había estrechado, así como que el asfalto había terminado y estaba en medio de la nada. En ese preciso instante mi cerebro inició un debate sobre si encenderme el último cigarro y avanzar, o volver al pueblo. Antes de poder tan si quiera decidirme me vino una arcada debida al hedor proveniente de los alrededores, fue entonces cuando decidí volver a casa. Cuanto más retrocedía para volver a casa, más intenso era ese hedor, hasta el punto que me hizo vomitar. 

Mis esperanzas sonrieron cuando vi luz y pude volver al pueblo.

Una vez llegué a casa no podía quitarme ese hedor de  la cabeza, era como si aún estuviese allí, no tan cerca, pero ahí. Esa misma noche sin hacer mucho ruido (como de costumbre) me tumbé con música en la cama, pero esta vez, era incapaz de dormirme, era como si algo lo impidiese, aunque no sería la primera noche que aguanto hasta la mañana sin dormir y luego me pego una buena siesta después de comer.

Esa misma noche no pegué ojo, eran las 8 de la mañana y podía ver los rayos de sol pegar con fuerza en los huecos de la persiana. Me dispuse a bajar al salón para dar los buenos días a mis padres, ojalá hubiesen sido buenos.

Estaban ambos llorando desconsoladamente, había varios policías en la puerta, me acerqué, pero parecía como si mi presencia no les importara a ninguno, hasta les pregunté y no parecían escucharme. Fue entonces cuando empecé a pensar que había pasado algo grave. Me paré al lado de ellos y simplemente escuché.

- Señora, se le realizará una autopsia y encontraremos al culpable, lamento mucho su pérdida. 

Me quedé muda por unos instantes, no sabía que estaba pasando hasta que mi padre preguntó dónde encontraron mi cuerpo y cómo. La policía respondió:

- Encontramos su cuerpo tirado en la maleza del camino que sale del pueblo dirección norte, tenía signos de violencia extrema, patrullamos todas las mañanas muy temprano por allí, nos llamó la atención un horrible hedor proveniente de esa zona. 

Mis padres, mis amigos, mi familia, todo el mundo, hace como que no existo. Me estoy volviendo loca y no puedo suicidarme. No me acuerdo de nada. 

Psycho: Historias De Terror Donde viven las historias. Descúbrelo ahora