Capítulo #6: "Nueva casa"

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Mi mirada está centrada en todas las calles, árboles y pequeños detalles del nuevo vecindario, de fondo puedo escuchar a David Bowie sonando en la radio, además, una agradable melodía llega a mis ojos, la voz de Harry. Cierro los ojos y me relajo disfrutando el momento...

Ha pasado un mes desde el acontecimiento en París, las vacaciones han acabado así que en un par de días volvemos a la rutina "normal" (Harry ha doblegado la seguridad), además, comenzamos en una casa, un nuevo hogar, creímos que sería lo mejor para comenzar de nuevo.

Tocan mi hombro e interrumpen mi momento de reflexión, miro por el retrovisor a mi hermana.

− ¿Tú la conoces? −mi confusión debe ser notoria ya que enseguida añade−: La casa burra.

Me doy la vuelta y le regalo una mala mirada.

−Primero, no soy burra, respétame− rueda los ojos y yo sonrío−. Dos, no, no la conozco, confío en el buen gusto de Harry.

El nombrado finge toser mientras sonríe.

−Puedo asegurar que tenemos cuadro paredes.

−Es un alivio.

−Confía en mi Jane, soy yo.

−Por eso mismo.

Quita unos segundos su mirada de la carretera para hacerse al ofendido, yo suelto una carcajada.

−Es broma amor− beso su mejilla−. ¿Falta mucho?

−Tranquila, en quince minutos llegamos.

−Creí que sería más lejos.

−No lo es.

Tal como lo predice, aunque un poco antes, llegamos a un gran terreno, las paredes de piedra se elevan a unos 3 metros de nosotros y hay una puerta con su respectivo guardia, el cual presenta rasgos latinos, piel trigueña, cabello negro, y ese típico acento.

−Hey Joe.

−Señor... Bienvenidas señoritas.

Debo cerrar mi boca y tragar saliva para poder responder. La sorpresa debe ser visible en mi rostro, porque el guardia ríe ligeramente.

−Gracias.

−No se preocupe señora Styles, puse el mismo rostro al ver el lugar.

−Dígame Jane− suelto de manera amable.

Él asiente en respuesta, logro observar sus mejillas sonrojadas.

Harry carraspea y su actitud baja a menos cinco grados bajo cero, la voz que exclama a continuación me hela la sangre.

−Señor Fernández tenemos prisa así que agradeceré de antemano que nos abra de una vez la maldita puerta.

El guardia debe tener la misma sensación que yo porque le tiembla la voz al dar una respuesta afirmativa. Harry no deja que ni me despida porque avanza el carro de manera rápida.

Lo observo frunciendo el ceño y con mala mirada, él sólo ignora mi actitud. Atrás mi hermana canta alguna canción para no sentirse incómoda.

El hombre a mi lado continúa con una voz neutra y apaga la música: −Como vieron, esa es la puerta principal, sin embargo, existe una más discreta en la parte trasera, al lado oeste de nuestra casa y una que es directo a la central para evitar altercados. Pasando la puerta principal, hay que recorrer un kilómetro aproximadamente para llegar a casa. Si seguimos por el camino de la derecha, un poco más de kilómetro y medio, llegamos a casa de papá; yendo recto a un par de kilómetros, la central y nuestra casa es al lado izquierdo, además, hay algunos pequeños departamentos esparcidos entre cada casa donde habita la servidumbre y los cuidadores. Como ven, los guardias tanto hombres como mujeres han sido informados de su llegado, por tanto, no tendrán ningún problema al momento de entrar, salir, pasear, etc. Cada casa (a excepción de la central) cuenta con una piscina propia y un jardín relativo al tamaño de la casa. Recalco que acá estaremos más seguros, es decir, los/as distintos/as guardias viven en los terrenos de alrededor, es nuestra zona.

>>Con relación a todo este gran recorrido, Kristen, como no tienes auto, hay un pequeño teléfono al lado derecho de la puerta de entrada, donde podrás llamar a algún guardia o cuidador para que te traiga hasta la principal mediante un carro especial para eso. Estamos ya a un par de minutos de llegar, al principio es confuso, pero, uno se acostumbra.

Decir que estaba sombrada era poco, todo estaba rodeado de árboles y pequeños sembradíos, este lugar era hermoso y gigantesco.

Al ver nuestro nuevo hogar, la mandíbula casi se me va al suelo. Tenía un estilo campestre y acogedor.

Las paredes estaban cubiertas de piedras tal como en la entrada, tenía un arco en la puerta del frente, además, tenía dos pisos, balcones, una terraza y por lo mismo, cuartos que estaban de más para nosotros 3.

El enojo de hace unos minutos fue desapareciendo.

−Harry, ¡esto es enorme!

−Es lo que hay− dice con indiferencia, de tal manera que siento una apuñalada en mi pecho.

− ¡¿Pero que te pasa?! −abro los ojos como plato y me bajo del auto para evitar pelear frente a mi hermana.

−A mi nada.

− ¿Seguro? −aproximo mi rostro mi al suyo y puedo notar como trata de no perder los estribos.

−Como podría pasarme algo si estabas coqueteando con el guardia.

−Estás demente, ¡estaba siendo amable!

−Lograste que él se sonrojara.

− ¿Y? No tenía la más mínima intención de sonrojarlo, no es mi culpa.

Muerdo mi labio esperando alguna respuesta, conociéndolo, es capaz de dejarse llevar por el orgullo y seguir discutiendo. Por el contrario, de manera imprevista, puedo ver como agacha la cabeza y se encoge en su sitio, se toma unos segundos para levantar la mirada y decir:

−Perdón amor.

Lo miro cautelosa un momento para percatarme que lo dice en serio. Suelto un suspiro y asiento.

−Vale Hazza.

Avanza hacia mí y me da un gran abrazo.

−Soy muy celoso.

−No eres el único.

−Tú no eres celosa pequeña Jane.

−Otra cosa es que no lo demuestro, ¿acaso crees que podría ir por la vida in sentir celos de todas las chicas que se te quedan viendo porque, o sea, eres el hombre más sexy que jamás hayan visto.

−Eso no lo sabía. Pero, te amo y lamento esto.

−Tranquilo, después de todo, dicen que el primer año de matrimonio es el más complicado.

−Lo sé, nada que no podremos superar.

− ¡Malditos bipolares se pueden apurar, quiero entrar al baño!

− Pero, ¿qué le pasa?

Harry eleva los hombros confundido.

Amar no es suficiente (Imposible Olv. II temporada)Where stories live. Discover now