Este es el adios?

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Era una tarde bastante lluviosa, en esa tarde la familia Kirishima estaba realizando un viaje "vacacional", en el cual viajaban en un avión, era un viaje de negocios de el Sr. Kirishima, había mucha turbulencia por los aires, ya que estaba lloviendo y los estruendosos truenos de una próxima tormenta se percibían retumbantes por doquier.

A través de la radio, el piloto comenzó su habla.
-¡Atención señores usuarios, por precaución les sugerimos colocarse el cinturón de seguridad, ya que hay mucha turbulencia por está zona y es posible que tengamos que aterrizar en un aereopuerto cercano!, Por su atención señores usuarios, gracias.

Minutos después de que el piloto informará que tenían que colocarse los cinturones de seguridad, desafortunadamente el piloto perdió el control de el avión ya que el ala derecha estaba demasiado dañada por el impacto de un rayo y los controles no respondían. El pánico de la gente no se hizo de esperar y todos comenzaron a entrar en desesperación, ya que no podían comunicarse con él piloto a través de la radio; las sobrecargo de el vuelo salieron de la cabina e intentaron tranquilizar a la multitud alarmada, aunque aquello no sirvió de nada, ya que una de ellas gritó en pánico indicando: -¡todos vamos a morir!.

El copiloto salió de la cabina, exclamando fuertemente:
-Atención señores usuarios, les informo que desafortunadamente he perdido el control de el avión, los controles no responden y hemos perdido una de las alas laterales, les pido de la manera más atenta que conserven la calma para evitar que el problema pase a mayores, les informo que en la parte posterior de sus asientos hay paracaídas, colocarse y prepárense para saltar de el avión, afortunadamente estamos a 564 metros de altura para caer en  un aereopuerto, primero saltarán las mujeres y los niños de 1 a 10 años de edad, después los niños de 11 años en adelante saltarán solos, y al último saltarán los hombres.

Eijiro y sus padres permanecían estáticos al ver que solamente contaban con un paracaídas, el miedo estaba presente, y era un hecho que no todos podían salir de allí, o por lo menos sobrevivir.
El padre tomó la palabra.
-Se han agotado los paracaídas, solo queda uno, hay que proteger a nuestro hijo, protegeré a mi familia aunque me cueste la vida- se decía a si mismo en un susurro, el cual fue audible para la madre de Eijiro, al ver que en la parte posterior de sus asientos solo había un paracaídas, cuando debían de estar por lo menos un par.

La gente hacía un disturbio y se enfrentaban con tal de adquirir paracaídas para todos sus acompañantes, lo cual agotó la cantidad de paracaídas útiles, ante tantos tirones y golpes, los paracaídas se dañaban hasta el punto de quedar inservibles, pero las personas ignoraban eso, solamente se enfocaban en obtener más y más. Los niños pequeños y una que otra mujer gritaban y lloraban, los hombres se golpeaban unos a otros y los ancianos se sumergían cada vez más en temor. Se resguardaban bajo los asientos para evitar recibir golpes de aquellos canallas.

-¿Madre? ¿Padre?, ¿Que pasa?, ¿Estaremos bien?- preguntó el pequeño Eijiro, tirando de la camisa de su padre mientras sus ojos lagrimeaban, los acogedores brazos de su madre lo rodearon y lo hicieron sentir nostálgico. Temía que esta fuese la última vez junto a su familia, no quería ver a su padre sufrir ni a su madre llorar, sentía impotencia, quería gritar, quería huir con sus padres.

-Sí mi pequeño, estaremos bien- decía su madre para calmarlo mientras acariciaba con delicadeza los cabellos oscuros de su hijo. Aún sabiendo que la muerte estaba cerca, decidió actuar tranquila ante su hijo, si esa era la última vez que se verían, quería que eijiro la recordase siempre como alguien apacible; ella también tenía miedo, su pecho dolía, pero no quería mostrar ese lado de misma.

La alarma de el avión retumbó, avisando que el avión estaba cayendo más y más, la gente comenzaba a saltar y todo era un desastre, un horrible desastre; parecían ganado yendo hacia el matadero, aunque no era muy distinto a la situación actual.
La madre besó los cabellos oscuros y el padre lo abrazó fuertemente; eijiro comprendió que esa era su despedida, ya no habrían más fines de semana en familia, tampoco comidas familiares, su madre ya no podría despertarlo, su padre ya no lo esperaría en el desayuno mientras leía el diario, ya no habrían más recuerdos juntos, nada.
Se aferró a su padre mientras ambos le colocaban el paracaídas y lo llevaban hasta la salida de emergencia.
Sus temblorosas manos se aferraban a las prendas de sus padres, no quería dejarlos.

-Salta, cariño; nosotros saltaremos después de ti- susurró su madre.
Su mente permanecía en blanco y sus manos se agitaban debido a la fuerza con la que se aferraba más y más a sus padres, sabía que su madre estaba mintiendo, dolía, se sentía horrible; solo se descuidó un instante, bajó la guardia y sintió su cuerpo caer por los aires.
Su padre lo había lanzado gritando un "Papá y mamá te aman".
El viento frío golpeó su cuerpo y sintió un fuerte escalofrío, se abrazaba a sí mismo buscando consuelo, su corazón latía dolorosamente rápido y respirar era jodidamente difícil.

Escuchó la voz de su madre, pero su mente daba vueltas y sus ojos comenzaban a nublarse, una sofocante sensación golpeó su cabeza, acompañada de una fuerte punzada y su cuerpo dejó de responder.

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Nos vemos el siguiente capítulo  :D

He vuelto:^
Estaré corrigiendo/ complementando los capítulos, espero que la historia aún sea de su agrado, ¡gracias por el apoyo!

¿Hermanastros o algo más?    Kiribaku/BakushimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora