- ¿Ya estás listo, cachorro? – pregunto emocionado Sirius, asomando la cabeza por la puerta de la habitación del menor quien rio ante la emoción del mayor. Ya le había preguntado eso ya como cuatro veces.
Termino de amarrar el cordón de su zapato para luego caminar rápidamente hacia su padrino el cual lo cargo, como si fuera un niño pequeño, para ir escaleras abajo con él en brazos. Al llegar a la cocina encontraron a Remus con una canasta, la cual tenía un obvio hechizo de extensión, Sirius era a veces un pozo sin fondo. El castaño volvió para verlos parados, mejor dicho ver parado a Sirius cargando a Harry, sonrió hacia ellos de forma divertida y cariñosa.
- ¿Ya están listos? – pregunto el oji miel.
- ¡Sip! – exclamaron estos de forma infantil, haciendo reír a Remus.
- Bueno ¿Qué estamos esperando? Vamos – dijo para luego tomar la canasta mientras los tres se dirigieron hacia la sala en donde había una chimenea, se acercaron a esta y el peli-negro bajo al azabache de sus brazos para seguidamente tomar un puñado de polvos flu. El castaño tomo a Harry del hombro con su mano izquierda, alejándolo un poco de la chimenea.
- ¡Caldero Chorreante! – exclamo Sirius soltando los polvos a sus pies para luego ser envuelto en llamas verdes, desapareciéndolo de la vista de ambos.
- Muy bien, cachorro es tu turno. Sirius te sostendrá del otro lado.
Dicho esto el menor tomo en su puño los polvos flu, se metió en la chimenea y se preparo para ser tragado por la llamas.
- ¡Caldero Chorreante! – el oji esmeralda desapareció por entre las llamas para luego caer en brazos de su padrino, estaban en una especie de recepción algo sucia y desgastada.
Esperaron a por Remus y en cuente este salió, con la canasta encogida en su bolsillo, de las llamas se dirigieron a la parte trasera del mugriento bar, ignorando todas las personas que habían en este. Sirius estaba muy emocionado que se le podía hasta notar que quería dar saltitos cuando caminaba, se irguió en una postura de completo orgullo mientras sacaba su varita.
- Cachorro presta atención – dijo el oji gris, mirando por encima de su hombro a su ahijado para luego poner pose de presentador -. Ahora lo que ves es una pared sucia y fea ¿cierto? – Harry divertido asintió, el mayor comenzó a mover sus manos al estilo de jazz para luego girarse de nuevo a la sucia pared de ladrillos y con su varita hizo varios toques a esta.
Varios de los ladrillos que había tocado Sirius se estremecieron para luego deslizarse a un lado, abriendo el paso para...
Los ojos de Harry brillaron ante lo que sus ojos veían.
<< ¡Voila! ¡Cachorro, bienvenido al Callejón Diagon! – exclamo Sirius, ahora detrás del azabache para luego cargarlo en sus hombros.
Harry no sabía por dónde mirar, había tantas cosas interesantes y extrañas en cada tienda que veía; de libros voladores a animales que cambiaban de forma y colores, al azabache le pareció ver a un sapo azul escupiendo burbujas cada vez que croaba. Calderos raros y objetos de aspecto viscoso. Su padrino al tenerlo en sus hombros le daba una buena vista de casi todo a su paso. Libros, plumas, pociones, enormes estantes llenos de frascos de todo tipo de colores.
- Hay que ir primero a Gringotts – dijo el oji miel, dejando al menor desconcertado.
- ¿Qué es Gringotts, tío Monny?
- Oh, pequeño. Es el banco de los magos, el más seguro de todo el mundo y está dirigido por gnomos.
- Hay que estar completamente loco o ser muy poderoso para tratar de robar allí, y lo primero que tienes que tomar en cuenta es; nunca meterte con un gnomo – el menor desde su lugar asintió.
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[HIATUS]Aquello a lo que si puedo escuchar.
FanficEs un AU y Snarry de el mundo de Harry Potter. Todos los personajes son de propiedad de J.K Rowling exceptuando esta historia/fanfic que es mía no lo hago para quedarme con el crédito solo por diversión, inspirada en la película August Rush: El triu...