Yoshiwara

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¡Hola a todos!

Aquí les vengo a dejar el fic que toca para el día de hoy (tres fic en tres día, ya he logrado lo que creía que era imposible para mi :'D )

Tengo que admitir que al principio creía que iba a ser algo sad con este tema, pero con el conforme que escribía me di cuenta que no era así. Sin embargo, me gusto como me quedo en cuando a las emociones y la situación que tiene el okikagu. Aunque aun dudo sobre tan realista es a lo que se trata la vida en Yoshiwara, pero como me gusto lo dejo. XD

Debo también admitir que es la primera ve que subo un escrito yuri, y es mi segundo intento de lime.

Sin nada mas que decir espero que le guste n.n

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  Under the moonlight  

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Podía sentir como aquel cuerpo se movía sobre y dentro de ella, sintiendo como esa persona se vendría en cualquier momento por aquel acto de lujuria que era para él.

Ella solo debía fingir un placer que no sentía y un orgasmo que nunca llegaba.

Después de aquel acto en donde su cliente logro satisfacer sus deseos carnales, él se había ido de aquella habitación que era de ella. Dejándola sola en aquel el solitario dormitorio y al estar libre decidió bañarse, y limpiarse para eliminar alguna huella de lo que sucedió anteriormente.

Aunque las marcas en su cuello y cuerpo perdurarían por unos días.

Uso una yukata* ligera para salir, dejándose el pelo suelto y mojado; sabiendo que ya estaría una kamuro* con su kimono lista para arreglarla por quinta vez en esa jornada. Sin embargo, fue una sorpresa no encontrar a su joven aprendiz en su habitación, si no, a esa joven cortesana de un exótico cabello bermellón y unos magnéticos ojos azulados.

— Vi como ese viejo se fue, así que decidí hacerte una visita y le pedí a tu kamuro que se fuera para que nos dejara a solas - fueron las respuesta a las preguntas que ella no había dicho, pero estaba en su cabeza.

Souko solo miro en silencio a aquella muchacha que tenía en frente, se acercó bastante cerca para ver por la luz de la luna aquel cuerpo blanquecino; ese que hacía a todos los hombres que pasearan por la calle de Yoshiwara, la observara con el deseo marcar con su lengua y dientes, pero solo un daimyo* podía lograr aquella impudicia.

Y con un simple movimiento logro mover parte de ese ostentoso Uchikake* de color carmín y con diseño de conejo negro, junto con el nagajuban* que usaba debajo del lujoso traje. Demostrándole aquella marca que por la oscuridad parecía obtener un color negro cerca de su hombro derecho, provocando que dentro de ella sintiera distinta emociones, pero la que más dominaba era la impotencia de proteger a esa muchacha cuando ni siquiera podía protegerse de ella misma.

— Así que él vino... - fue lo único que podía decir, sabiendo quién era el único cliente capaz de cometer aquella locura, para marcar a esa exótica chica como si fuera un animal.

Y es que desde que esa muchacha que se hacía llamar Kagura se convirtió en una oiran*, pudo comprobar que los rumores de aquel daimyo eran ciertos.

La mujer de cabello castaño observó como la muchacha de cabello bermellón se alejaba de ella y tapaba esa marca de sesión, que parecía más una tortura que un placer para ella.

Sin embargo, por mucho que se quedará no podrían hacer nada. Aquellos hombres le daban buenas propinas para pagar aquellas condenadas deudas para conseguir su libertad.

Okikagu es amor, es vidaWhere stories live. Discover now