Capítulo No. 2

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La clase para Santiago transcurrió como cualquier otra pero había algo en definitiva diferente de su antiguo colegio, la jornada de la institución duraba mucho menos tempo y por aquello lo que aprendían en cada clase era un conocimiento poco casi nulo. Después de haber pensando y meditado durante un rato decidió preguntarle a Daniela.

Apenas estaba saliendo por el pasillo cuando se encontró a Daniela la cual le sonrió y lo guío cogiendo su mano hacía la cafetería sin decir ninguna palabra ninguno de los dos, simplemente caminaron.

Entrarón por las grandes puertas de la cafeteria, esquivaron a toda los estudiantes hambrientos y se sentaron en una mesa cualquiera.

-¿Qué tal tu primera clase? ¿Tuviste algún inconveniente?

-No, ha estado bien solo...por qué dura tan poco la jornada escolar? Si durara más tiempo quizás se podría aprender.

-Eso es seguro,pienso absolutamente lo mismo es solo que los directivos del colegio prefieren enfocar el dinero en otras actividades como el deporte y...el deporte porque solo se enfoca en eso y aunque creo que es importante no se enfocan en lo demás como lo más lo obvio, la educación.

-¡Vaya! ¿No han pensando en hablar, recolectar firmas, peticiones o algo por el estilo? 

-Es lo que he querido con Nicole sin embargo no hay interés por parte de los estudiantes.

-No parece justo, nosotros debemos cambiar aquello, es esencial.

-¡Hola! ¿De qué hablan?                                                                                                                                              Ambos giraron sus cabezas para poder mirar a aquella persona de la cual había salido de la voz, y con ello encontraron a Nicole.

-Ya sabes, lo mismo de siempre. Estoy realmente indignada no es posible  que nuestra educación sea inferior.

-Me parece igual, empecemos a recoger firmas de una vez.

*3 horas después*

Todos se reunieron en la cafetería con una planilla en cada mano.

Daniela fue la primera en hablar. -He conversado con muchos chicos y chicas y aunque ha sido difícil están de acuerdo conmigo.

-¡Me alegra un montón! Yo he recaudado algunas firmas.

-Yo también estaba realmente equivocada, hay muchos estudiantes de acuerdo conmigo.

Daniela volvió a hablar-Más o menos cuántas firmas tiene cada uno? Yo tengo unas 50

Santiago siguió por hablar -Yo tengo unas 70

Y por ultimo hablo Nicole -Yo tengo unas 30.

Santiago siguió con la iniciativa diciendo-¿Vamos y hablamos con el director?                                         Todos se miraron y sonrieron para luego correr hacía la oficina.

Para infortunio de cada uno, los directivos habían salido para arreglar un asunto sobre deportes en la escuela; Cada uno de ellos tan emocionado por la idea decidierón sentarse fuera y esperar el tiempo que fuera necesario.


EL CAMBIO DE DANIELADonde viven las historias. Descúbrelo ahora