Los momentos le parecían eternos, aquellos momentos en los que iban en el auto de la azabache camino a su casa.
Sentía que solo sus latidos se escuchaban en el auto por lo que carraspeó su garganta tratando de evadir ese sonido...
Lamentablemente, eso solo hizo que la azabache lo volteara a ver como si este la hubiera llamado.
-¿Qué sucede, Daniel?- preguntó
-N-nada-dijo antes de bajar su cabeza, hasta que el auto se detuvo frente a una casa hermosa grande...
Ambos bajaron y simplemente entraron a la casa, nadie pregunto ni menciono nada. Daniel agradeció mentalmente el hecho de que ella no se haya dado cuenta de que al entrar olfateo cada rincón que pisaba, porque si, el chico estaba comenzando a tener una obsesión por el olor de la mujer que le roba suspiros, aquel perfume tan dulce pero a la vez elegante que extrañamente le causa una sensación de cómodidad que nunca habia sentido antes, dentro de él se preguntaba si algún día la azabache sentiría eso por él, más se regañó mentalmente por pensar cosas imposibles.
Sin darse cuenta la azabache desapareció,dejándolo parado frente a unos sofas de colores negros, beiges y blancos, muy elegantes y pulcros, tanto que sentía desentonar en aquel lugar. Tal vez no solo en el lugar si no que con estar cerca de la mujer.
Sus pensamientos se interrumpieron cuando la voz de la mujer le llamó desde la habitación, su mente jugando le bromas de mal gusto, pero no sabría que tan ciertas sean hasta cruzar esa puerta de madera frente a él.
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Paty Chapoy y tu
RomanceHistorias chidas sin sentido, producto de pasar mucho tiempo con mis amigas igual o peor de retrasadas que yo xd