Narrador omniprecente.
Hoy era un dia especial para Lisa ese dia cumpliria 18 años y esa misma noche seria su primera tranformacion en loba, estaba muy emocionada y a la ves feliz por que al transformarce conoceria a su mate, pero su padre siendo el alfa no dejaria que se casara con un probre lobo, su amiga Isabella la ayudaba a ponerse su lindo y despanpanante vestido y claro a maquillarce, la noche llego y todos los alfas con sus mates asistieron a la fiesta.
Narra Victor.
La verdad odiaba ir a fiestas de cumpleaños y primeras transformaciones, pero mi padre antes de morir me dijo que tenia que ser el alfa y como todos los alfas estavan invitados, tenia que ir, espero que las mujeres que vallan sean sexys, yo era conocido por muy mujeriego y atemorisante, todos tiemblan a mi paso y ninguna mujer se me recistia.
Narra Lisa.
Ya la hora habia llegado y mi padre muy formal dijo.
-Queridos amigos estamos reunidos hoy para selebrar el cumpleños numero 18 y la transformacion a lobo de mi hija.
Mi padre se aparto de mi, observe la luna y mi corazón comenzo a palpitar rapidamente, mis huesos comensaron a doblarse era un poco dolorosa la transformacion pero al final logre transformarme, al transformarme nuevamente en humana mi padre me cubrio con una manta, para luego ponerme otro vestido, al estar afuera mi loba interior gritaba ¡Mate! ¡Mate! Busque con la mirada pero no lo encontraba hasta que alguien tomo mi brazo voltendome.
-Hola preciosa, al fin te encuentro, mi mate- Dijo el hombre que sujetaba con fuerza mi brazo.
No podia ser Victor Crein era mi mate el más temerario y mujeriero de todo los alfas.
-Sueltame- Dije.
-¡Hija!- Exclamo mi padre.
-Ella me pertenece- Dijo Victor.
-Yo no te pertenesco- Afirme.
-Si y ahora mismo nos vamos.
Mi padre intento apartarlo de mi pero Victor lo lanzo hacia la pared de la casa.
-Tu vendras con migo o matare a toda tu manada- dijo arrastrandome hacia su auto.
-¡No te lleves a mi niña! Gritaba mi padre.
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Mi alfa y mi mate. (TERMINADA)
Werewolf-Tu vendras con migo, o si no matare a tu manada- dijo tomando mi brazo con fuerza y arrastrandome hacia su auto. -¡No te la lleves a mi niña!- Gritaba mi padre.