Capitulo 1. EL CIEGO Y LA CHICA TORPE

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Me desperté, bueno, me despertaron en otro día normal en esta ciudad aburrida, como siempre...Yo no quería levantarme, sólo deseaba quedarme en mi cama y no volver a pararme nunca jamás

- Júpiter, ve a cepillarte, te ayudo...- cómo siempre, mi mama ofreciendo su servicio para algo tan sencillo como eso, me molestaba, se que lo hacía por mi condición...Pero me gusta hacer las cosas yo solo, por lo tanto siempre negaba su amabilidad

- Sabes muy bien lo que te diré -escupí, levantándome de la cama y guiándome con lentitud hacía mi baño

No dijo nada, pero sé que se quedó...Como siempre, esperando a que yo entrará a mi baño y empezara a ser mis cosas. Amo a esa mujer, pero no me gustaba nada su sobre protección

***

Estaba desayunando, comiendo unas tostadas con mantequilla y mermelada, que amablemente mi padre me había preparado. Aunque, siendo sinceros...no tenía mucha hambre

- Que paso Júpiter, Termínate eso - espetó, con su siempre voz segura y autoritaria. Si algo no me gustaba, era que me obligarán a hacer algo que yo no quería hacer

Ignore lo que el dijo y procedí a levantarme del comedor y dirigirme a la sala para empezar a escuchar un poco de música mientras espero a que todos estén listos para salir

Después de un rato, una voz severamente irritante y aguda, interrumpe mi momento de paz y tranquilidad...Como odiaba cuando eso pasaba, me quite uno de los audífonos para poder escuchar a la pequeña molestia

-¡Jupi! - gritó la niña de 5 años que sólo con escucharla, sabía que estaba corriendo de un lado a otro como una loca

- ¿Qué quieres? - esperando que no fuera lo que pensé que diría, rece para que no lo fuese

- ¡Levantame! - gritó ella desesperada e intensa

Dios, ayúdame. Dado que no dejaba de insistir, no hubo otra que cumplir lo que quería

- ¡Si! - dijo mi hermana mientras me quitaba el audífono que me quedaba, para luego colocárselo ella - Jupi, te quedarás sin oídos, deberías bajarle el volumen

Sin saber donde se encontraba exactamente su cabeza, no tuve otra que agarrar mi teléfono y desconectar los audifonos

- ¿Feliz? - dije con un tono amargado, aunque en el fondo me gustaba la ternura de mi hermana...sólo me protegía

***

Ya porfin estábamos en carretera, dirigiéndonos a el colegio. Pronto podré encontrar la paz que tanto me gustaba y tanto anhelaba del día

- Hijo...- dijo mi mamá con un tono raro, como si estuviese preocupada. -Los profesores nos han dicho que estas faltando a clases, ¿Es verdad?-

Mientras ella decía eso, el carro se torno en silencio, cosa que era muy raro...mi tonta familia jamás paraba de hablar

- Eso no importa, estoy pasando todas las materias, así que no tienes porque preocuparte-escupí, molesto e fastidiado de su preocupación

Sentí como todos me miraban, aunque yo no podía ver, sentí sus miradas en mi.

- Hijo -Soltó, dejando caer en el silencio del carro un gran suspiro -No le hables así a tu madre, ella sólo se preocupa por tus estudios - Dijo, mientras el auto se detenía, en lo que supongo yo, un semáforo

- Está bien - dije, ignorando lo siguiente que dirían, colocándome los audífonos en las orejas para así no escuchar nada, claro, para que no me los quitaran, hacía un ademán de asentimiento para disimular

El Deseo De JupiterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora