Capitulo 2. LA VOZ FAMILIAR

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¿Me siguió? ¿Por qué? ¿Tenía que tener miedo?

Por alguna extraña razón, el miedo que se había plantado en mi al oír la puerta abrirse, se me quito enseguida con solo escuchar esa voz. Esa voz tan aguda y siempre con ese leve tono de nervios, me parecía muy familiar

—¿Qué haces aquí? ¿Me seguiste? ¿Por qué lo hiciste? Si piensas hacerme daño, te advierto que tengo un bastón y no tengo miedo de utilizarlo — llené sus oídos de mis preguntas, esperando que ella me contestará

— Perdón, si te seguí. Es que se me olvidó decir gracias por ser tan amable — Dijo ella extrañándome. ¿Sólo vino a eso? Me cree estúpido por ser ciego o que.

— ¿Y bien? — me quería vengar un poco

— ¿Q-Qué? — Dijo titubeante e exageradamente nerviosa. ¿Porqué estaba así?

— Las gracias, dijiste que viniste a dármelas. Aunque, no creo que sea el único motivo para seguir a una persona ciega y desconocida a un lugar abandonado — Exprese y solté todo lo que pensaba sobre esa acción que había hecho. Esperando que ella me dijera la verdad, me puse en silencio y me acomode en la mueble en el que estaba sentando

— ¡Verdad! Gracias, y bueno...Si tienes razón, no sólo vine por eso — Lo sabía, era muy obvio

— ¿Entonces? Dime, porqué me seguiste hasta este mi lugar — espete casi como una orden

— Nuestro lugar — Reparó en lo que dije. ¿Qué? ¿Escuché bien?

— ¿Qué dijiste? ¿Nuestro? — casi que grite al decir eso, respirando después de ese descontrol, me calme y espere una explicación a esas palabras

— Si, nuestro. Tal vez no reconozcas mi voz — Dijo, sintiendo su voz cada vez más cerca, sentí como se sentó en el mueble viejo y polvoriento en el que estaba — Yo soy... —se levantó ella y pego un grito — ¡Tienes un telescopio! ¿Puedo usarlo? — Escupió ella con emoción y desesperada, ignorando la tan ansiada respuesta que yo esperaba

— Si logras hacer que se vean las estrellas de día, si — Exprese, con sarcasmo y burlándome de tal estupidez — ¿Tú nombre es...?

— Verdad, que torpe soy — espetó con desilusión, mientras sentía como se regresaba al mueble en donde estábamos — Erika, me llamo Erika

Todo en mi cabeza dio giros y giros al escuchar ese nombre, todo se empezó a conectar e aclarar en mi mente. Su olor a coco, voz, torpedad y la seguridad que tenía al venir acá sin tener miedo. Ella ya conocía este lugar... Y más importante, me conocía a mi

Para explicarlo, ella era parte del grupo en el que estábamos. Éramos 7... Y todos ellos se fueron, excepto, yo

Todos éramos muy unidos y jugábamos mucho. Todos, entre que se fueron a otras partes de la ciudad y entre que dejaron de venir por aburrimiento a lo mismo...Me dejaron solo

Si mi memoria no fallaba, Erika se había ido porqué se fue a estudiar en otra ciudad, su padre tenía una buena oferta de trabajo en aquel lugar y se fue. La recordaba muy callada y tímida, ella sólo estaba aquí porqué su mejor amiga, ehm... ¡Rubí! venía, con ella si hablaba y hubo un tiempo en el que me gustó, pero, se fue como todos

No la recordaba su rostro la verdad, y la curiosidad por saber del mismo me había surgido...

— Oh, Erika... ¿Qué haces aquí? Tu te fuiste a otra ciudad, ¿No? — la verdad quería saber porqué ella había regresado, y... aún no responde el porque me siguió

—Si, me había ido. Pero tuve que regresar, mi padre se fue a trabajar a otro país y tuve que venirme con mi mamá a esta ciudad— Dijo, sincerándose

El Deseo De JupiterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora