Capítulo 4.

32 4 2
                                    


Alexa.

Cris y yo entramos a la fiesta tomados de la mano en lo cual no tardaron todas las miradas de aquel lugar posarse en nosotros, decidimos ignorar aquello y continuar nuestros pasos hasta la mesa donde se encontraba todo el equipo.

—Mocosa —gritaron todos estos juntos al verme tomada el brazo de mi hermano—.

—Mocosos —grité al igual que ellos regalándoles una sonrisa mientras los pasaba a saludar uno por uno—.

—Sapita —dijo Paulo abrazándome con todas sus fuerzas—.

—Sapito —acepté su abrazo del cual rápidamente me aleje debido a su fuerza—.

—¿Cómo estás? ¿Cómo te fue en América? —preguntó esté mirándome de arriba para abajo— Las vacaciones te sentaron bastante bien mírate estas hermosa.

—Estoy bien gracias a dios y me fue de maravilla no sabes lo mucho que me divertí —le regalé una sonrisa— Tu igual estás muy guapo creó que ahora si accederé a tu propuesta de ser tu novia.

Ambos nos volvimos abrazar ya que teníamos tiempo bastante tiempo que no nos veíamos y si lo hacíamos era a través de una pantalla debido a la lejanía —¿No te volverás a ir cierto? —preguntó mirándome directamente a los ojos y depositando un beso en mi cabello—.

—Por ahora no.

—Me hiciste mucha falta pequeña no sabes cuánto —me aferré un poco más a aquel abrazo realmente no quería no deseaba que me soltará—.

—Tu igual realmente me hiciste mucha falta —hablé con mi cara pegada a su dorso el cual olía exquisito— Y tú cómo estás? ¿Dónde está Antonella? —segundos después me solté de aquel magnificó abrazó—.

—Estoy bien aunque me encuentro un poco cansado, Anto está con las del Only platinum equipment en la mesa de la esquina —me señaló la mesa donde se encontraban mi locas amigas—.

—Iré con ellas.

Volví abrazar de nuevo a Paulo y al soltarlo me encaminé hacia la mesa donde se encontraban mis amigas, miré hacia un lado ya que sentía la mirada de alguien justamente puesta en mí, discretamente vi que era un jugador del equipo del Barcelona el que me estaba mirando; fijé mi vista en él hasta el punto de que nuestras miradas se encontraran rápidamente deje de mirarlo y continúe hasta la mesa de mis amigas.

—Buenas, buenas llegó la más sana del grupo —dejé mi cartera en la mesa—.

—Si tu eres la más santa entonces yo seré un ángel que nunca hace nada —habló Shakira—.

—Putiiis —gritó Antonella abrazándome—.

—Perriiiis —grité aceptando su abrazó—.

—Monja —enseguida me saludo Pilar—.

—Marimacha —le devolví el saludo—.

—Pero miren quien llegó la más perra del grupo —inmediatamente Sofia salto a abrazarme—.

—A excepción de ti soy más sana —la abracé de vuelta y me senté en la silla libre que había—Díganme a cuantos se han buceado?

—No crees capaz de hacer eso? —preguntó Shakira haciéndose la ofendida—.

—De eso y mucho más, ahora díganme ¿A cuantos se han buceado? —volví a preguntar mirándolas fijamente—.

—Unos cuantos de la Juventus, más del equipo de tu hermano y unos cuantos de Manchester City, contando al bomboncito de Antoine Griezmann —habló Pilar relajada—.

They can not with our Love.Where stories live. Discover now