VIII

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Era una tarde soleada, los rayos brillaban contra el pasto sintético de las atiborradas gradas de la cancha de futbol colegial. Las gradas estaban llenas de jóvenes entusiastas, en sus frentes brillaba el sudor.

—¡Buenas noches, lobos!— se escuchó por toda la cancha escolar. Hablaba Bruce Dickinson desde la reducida cabina ubicada sobre las gradas.

—Esta noche, previa a una de las populares fiestas de Freddie...— continuó Klaus Meine, compañero en la cabina.

—Todos hablan de ello— comentó Bruce.

—Así es, Bruce, pero esta noche celebramos la gran final de futbol preparatoriano.

—Los lobos se enfrentan contra los Pink de la preparatoria Floyd...

—Curiosamente su uniforme es azul, no rosa— añadió Klaus en un intento de hacer reír al público.

—Excelente observación, Klaus. En algunos minutos dará inicio el partido que lo definirá todo.

—Ya puedo escuchar a la afición.

Jimmy se había comprometido a apoyar al entrenador en la final, sólo que Jeff no iba a dejarlo sólo a merced del equipo. Los dos realizaron sus labores asignadas y apoyaron sus espaldas contra la valla, que separaba la cancha de las gradas, para observar lo que quedaba del juego en caso de que requirieran su ayuda más adelante.

—Tienes algo de caucho en la mejilla— observó Jeff tratando de retirarlo con sus dedos— Ya está— se deshizo del trozo negro tirándolo al suelo y aprovechó la ocasión para besar a su novio que permitió el breve contacto— ¿Quieres ir a algún lugar saliendo de aquí?

—A mi casa— señaló Jimmy divertido. Jeff rió y colocó su brazo sobre los hombros de Jimmy.

—¿En serio?

—Sí, de todas formas mañana iremos a la fiesta de Freddie.

—Oh, eso será divertido— comentó Jeff sonriente— Sus fiestas siempre son interesantes y hay muchas habitaciones en su casa— agregó levantando una ceja. Jimmy desvió la mirada con nerviosismo.

Desde hacía días Jeff había estado haciendo comentarios sugestivos que a Jimmy no le gustaban para nada. De repente sus manos vagaban más allá de donde debían o hacía comentarios alusivos a la alcoba. Sabía que Jeff no tenía malas intenciones, pero no sabía si estaba dispuesto a estar con él, aún había muchas dudas rondando su cabeza.

Robert corría por la cancha junto a su equipo. Disminuyó la velocidad hasta detenerse mientras observaba a Jeff y Jimmy, que estaban más cariñosos de lo que acostumbraban. Comenzó a pensar que Jimmy se estaba excediendo con sus actitudes de provocarle celos.

—¡Robert!— gritó uno de los jugadores de su equipo haciéndolo voltear cuando el balón se estrelló contra su cabeza derribándolo. El público jadeó en sorpresa mientras el rubio permaneció tumbado en el pasto sintético. Algunos de los alumnos en las gradas se pusieron de pie intentando observar mejor.

—Robert Plant, ha recibido un fuerte golpe en la cabeza por parte de su portero Dave Mustaine— narró Bruce.

—¡Qué golpe! Esperemos que el delantero estrella y capitán del equipo se levante para continuar el partido— añadió Klaus.

—¡Robert! Robert. ¿Me escuchas?— habló el entrenador chasqueando sus dedos mientras el jugador se encontraba aún en el suelo. Estaba mareado y escuchaba únicamente ecos, tenía la vista borrosa— ¿Te duele algo?— por fin escuchó.

Jimbert - How many more timesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora