único

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El aire frió se filtro por la ventana abierta y abrazo el pequeño cuerpo de Mike que no logra conciliar el sueño, pareciera que esa noche con olor a tierra húmeda el jugara una mala pasada al no dejarlo ir a los brazos de morfeo.

sus oídos se llenaron con la melodía de un piano melancólico que lograba hacerse oír por las finas paredes desde la sala principal del primer piso y junto a una nota fuerte un trueno también se volvió presente haciendo que el pequeño cuerpo de Mike se estremeciera.

El pequeño apretó a su cuerpo al Señor Bigotes,  un viejo peluche con forma de gato color negro con ojos de botón blanco el cual tenia desde que había nacido. Pero eso no le impidió sentir miedo de aquellos ruidos que provenían de la casa misma, de las sombras  presentes en las cuatro esquinas de su habitación y sobre todo sentía miedo de las sabanas blancas que su madre había utilizado para cubrir los muebles del polvo, como si el no estuviera en esa habitación, como si ya no lo quisieran e ignoraran su existencia.

el miedo lo obligo a que se arrastrara sobre la cama hasta llegar a la orilla de esta y sin soltar al señor bigotes di un brinco para llegar al suelo evitando así estar cerca de lo que había debajo de su cama, de la cual podía salir una una mano llena de pelos perteneciente a algún ser monstruosos para tomarlo del pie y llevarlo a una dimensión distinta o al menos eso el decía su mente y las marcas de rasguños en su piso de madera.

Ignorando todo los ruidos corrió hasta la puerta y giro la perilla sintiendo el sudor frió recorrer su nuca, creía que después de aquel ruido que su cuerpo ocasiono al tocar el piso después de bajar de su cama había despertado a mas de un ser maligno y esta vez no estaba bajo su manta de planetas que lo protegiera de todo.

Estaba muy arrepentido de no haberle hecho caso a su madre un mes atrás cuando esta el prohibió que viera la película del "Babadook" ya que Mike creía que a sus ocho años esa debía ser una película muy boba, pero lastimosamente  la película cobro su parte durante las noches volviendo a el pequeño Mike en un miedoso que no podía bajar al sótano por las notas de piano de su padre que estaban en una caja de cartón al fondo en el rincón, sin la necesidad de subir corriendo las resbaladizas escaleras.

resistiendo su miedo , abrió la puerta para salir al pasillo y la cerro tan fuerte como sus brazos el permitían. Su respiración era agitada de sobremanera pero eso no importaba en ese preciso momento en la mente de Mike, preparándose con un suspiro empezó a caminar por el pasillo donde había un montón de retratos de familiares a los que conocía y muchos otros a los que nunca había visto en su corta vida, pero aun así todas las imágenes que estaban sostenidas por clavos que el mismo el había pasado a su padre lo miraban de manera penetrante que en medio de la oscuridad parecía que lo estaban siguiendo con desagrado o temor, era demasiado pequeño para saber diferenciar entre aquellas dos cosas.

A pesar de lo tenebroso que era para su mente que quería regresar y cubrirse con la cobija se dijo a si mismo que tenia que llegar a la sala donde provenía la única luz de la casa que seguramente habían sido encendidas para que su padre ensayara en el piano como le era costumbre.

El señor bigotes fue apretado mas a su cuerpo y con su mano libre apretó el borde de la camiseta de su pijama de dibujos de cohetes azul marino para poder limpiar el sudor que se había acumulado en esta; Soltó un fuerte suspiro de aire que se había guardado en sus pulmones y se preparo psicologicamente para volver a caminar. 

un paso corto y con su peso la madera crujió bajo de el.

Ya había comenzado a llover y las gotas de agua que chocaban para luego deslizarse por el cristal instalado al final del pasillo eran vistas por los ojos grises de Mike que se había detenido una vez mas a verla en un intento desesperado por olvidar el interior que crecía dentro de el.

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⏰ Última actualización: Mar 05, 2019 ⏰

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