III - Consecuencias

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III.

— ¡¿KACCHAN?!

— Cállate maldito nerd, no grites —Katsuki gritó aún más fuerte que Izuku, sonrojado ligeramente y de sus manos salían pequeñas explosiones en forma de amenaza.

— Vaya... Me sorprende ver a Bakugou-kun aquí —Iida carraspeó llamando su atención para que dejara de hacer explosiones. Mientras acomodaba sus lentes con un dedo índice y asentían, continuó: —, aunque me parece correcto.

Bakugou sintió el calor de su mejilla aumentar y bajó la cabeza rápidamente, no les dedicó ninguna palabra más y empezó a caminar en dirección a la sala donde estaba internada la castaña. Sus dos antiguos compañeros de clases lo siguieron inmediatamente. Iida y Midoriya hablaban de sus asuntos así que agradeció no tener que involucrarse en la conversación ni tener que interactuar de más con ellos.

Llegaron a la sala y él estiró la mano para abrir la perilla de la puerta, pero el silencio de su mente fue invadido por un montón de ideas y terminó por bajar la mano lentamente. Iida lo notó, se adelantó a él y abrió la puerta con delicadeza cuidando de no hacer mucho ruido y no molestar a Uraraka; Midoriya le lanzó una mirada sutil mientras se adentraba detrás del de gafas, Bakugou miró el piso indeciso reprendiéndose mentalmente y finalmente se adentró detrás del de pelos verdes echando humor por los oídos.

Y allí estaba Ochako, sentada en el borde de la cama con los pies colgando y una mirada triste en los ojos, su pelo estaba peinado y arreglado, sin embargo, no coordinaba con su semblante perdido. Ella levantó rápidamente la mirada y al verlos cambió su expresión: a una sonrisa iluminada y los ojos brillantes de emoción.

Bakugou frunció los labios al ver ese cambio tan radical.

— Chicos, están aquí —añadió con la voz fuerte empuñando las manos con la misma energía, cuando levantó las cejas supo que lo estaba mirando a él y solo atinó a asentir inseguro—, y Bakugou-kun.

Empezaron una charla armoniosa, ellos tres hablaban con el tono despacio y tranquilo, pero al mismo tiempo era como si estuvieran hablando con júbilo. Katsuki tuvo la sensación de estar fuera de lugar en varias ocasiones, arruinando una perfecta sincronía. Más de una vez había amagado con dejar la habitación, pero la sola idea carcomía sus pensamientos y volvía a su puesto de poste de adorno.

Aprovechó la oportunidad también para ver a Uraraka. Ella tenía una sonrisa tan amplia que dudó de la antigua expresión triste que había visto, pensando que tal vez era el pensamiento de culpa que lo estaba haciendo imaginar cosas que no sucedían.

— Bueno, entonces nos vamos más tranquilos —comentó Tenya aliviado, dio unos pasos hacia adelante para despedirse de Uraraka; Midoriya dudó un segundo, pero en seguida se encontró dando unos pasos pequeños hacia ella.

Uraraka tenía las manos unidas en su regazo, con los dedos entrecruzados. Bakugou vio su rostro, se contrajo por una milésima de segundo para después ponerse de pie y extender los brazos para abrazar a su amigo. Iida se sorprendió, pero no dudó en corresponder el abrazo rodeándola por la cintura y dándole pequeñas palmaditas en la cabeza.

Se separaron y ella le dio una sonrisa. Antes de que se girase hacia Deku, él se había abalanzado hacia ella y le cubría con los brazos por encima de los hombros.

— Gracias por venir, Bakugou-kun —fue todo lo que dijo mirándolo al rostro con un poco de vergüenza.

Él se llevó las manos a los bolsillos y asintió, estaba un poco por detrás de los otros dos. Iida había comenzado a caminar dejándolo atrás rápidamente, y un poco antes de dejar la habitación, volvió a despedirse con la mano.

Aflicción [Kacchako]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora