7. Secretos y reflexiones al descubierto

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Jóvenes y no tan jóvenes, regresamos con el capítulo 7, una disculpa por no haber publicado la semana pasada ya que se presentaron problemas técnicos. En fin, agradeciendo de antemano por su lectura, disfruten.

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"Bueno aquí vamos" pensaba Evelyn luego de indicarle a su compañera que todo estaría bien y, haciendo su mejor sonrisa falsa, ésta miró a su guía la cual sin esperar mucho tiempo se abalanzó sobre el brazo de la hermana Deavor para así guiarle de manera más cercana; lo cual, sin darse cuenta, molesto a la súper que yacía aún sentada al mismo tiempo que daba un gran trago de su copa de vino al ver aquella escena de empalagues por parte de la aún desconocida mujer.

Solo un par de minutos después Helen les perdió de vista, cayendo en cuenta que ahora solo restaba esperar a la señal que le diera. Por otro lado Evelyn, un tanto desconcertada por el peculiar comportamiento de su guía, solo se limitaba a observar detenidamente el lugar al que se adentraba en silencio, hasta que un comentario irrumpió, - así que... la famosa Evelyn Deavor, sabes, debo confesarte que soy gran fan de tus invenciones - dijo la alta mujer mientras veía de reojo a su compañera. - Sí bueno, gracias. Es bueno saber que mi hermano no es el único admirado dentro de la compañía -, respondió la inventora siguiendo la charla con aparente normalidad.

- ¿Bromeas?, ¡tu visión ha sido para mí la más gran revelación que he conocido! - agregó Cassandra al mismo tiempo que indicaba a la Hernada Deavor entrar a lo que aparentaba ser una oficina. Este último comentario resultó desconcertante para Evelyn, sin embargo no pudo darse tiempo para razonarlo al ver el lugar dentro del cual se encontraban cuatro hombres, aparentemente de seguridad, así como una pantalla, una silla al centro y pocos muebles alrededor .

- ¿ Y el señor Orwell? - preguntó la inventora preparándose para lo que pudiera ocurrir a partir de ese momento, - sabes, es curioso que hagas una pregunta cómo esa, dado el aparente hecho de que las actuales circunstancias confirman ausencia de Robert... pero sabes ¿que es aún más interesante? que a pesar de lo que te acabo de decir y el hecho de que segundos atrás hablaras de tu hermano sin complejo alguno, tú sigues manteniendo ese semblante tranquilo y calculador que te caracteriza -. Ambas guardaron por un momento silencio hasta que nuevamente Cassandra volvió a hablar mientras se acercaba atrevidamente a la hermana Deavor, - ¿por qué no dejamos de lado la formalidad y la fachada y hablamos con la verdad? -, preguntó la alta mujer al mismo tiempo que a paso lento, caminaba rodeando a su invitada.

- Bueno, dependerá de qué verdad deseas hablar -, le respondió Evelyn intentando no adelantarse y revelar información de más al mismo tiempo que se preparaba en caso de detectar cualquier movimiento sospechoso. - Si así lo desea señorita Deavor, o ¿debería decirle señorita Rapta-pantallas? - concluyó de hablar la aún misteriosa mujer al mismo tiempo que se detenía frente a frente con una amplia y satisfecha sonrisa.

Evelyn, sorprendía ante tal revelación, trato de ocultar lo más que pudo su sorpresa ante el conocimiento de Cassandra, sin embargo, intrigada por él nada comportamiento hostil de la mujer frente a ella, y de manera precavida optó por alargar un poco la conversación con la esperanza de conseguir aún más información acerca de ella.

- Debo admitir que cuando me enteré que se trataba de ti no podía creerlo, pero ahora que estás aquí y lejos de tu... acompañante podremos hablar de lo que tengo por proponerte - continuó hablando Cassandra, mientras preparaba un par de tragos y le ofrecía uno a la hermana Deavor. La cual casi en automático aceptó la bebida sin perder de vista a quien se lo ofrecía.

- Bueno, no tienes cómo probar que soy quien aseguras. De ser así... ¿de qué va esa propuesta tuya? Pero antes de todo eso... no me haz respondido acerca de el Sr. Orwell ni el qué sabes de mi hermano - habló totalmente directa mientras de un solo trago se terminaba su bebida dejando el vaso en la mesa más cercanas al mismo tiempo que miraba retadoramente a los guardias presentes. Al notar eso la mujer aparentemente a cargo dio una señal para que dichos guardias abandonaran la habitación, dejando a ambas solas. - Eres directa... me gusta eso, bien así están las cosas, yo tengo bajo mi custodia tanto a tu hermano como al Sr. Orwell. Yo sé que suena mal lo de Winston pero antes de que tomes represalias contra mi, solo te diré era necesaria su no tan voluntaria cooperación.-

Parece que estaba en lo correctoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora