IV

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(26 de marzo)

Desde que la dejé afuera de la mansión y nos despedimos con un beso, no he vuelto a saber de ella, no quiero pensar que se arrepintió de todo lo que paso conmigo y tampoco quiero pensar que algo le ha pasado pero con ninguna posibilidad de verla, lo único que me queda es la imaginación, crearme distintos escenarios.
"Qué haces, conejo? Pensando en tú novia" - jihyo llegaba a sentarse a un lado de mi en el sillón
"No he sabido nada de ella, desde que la deje en su casa y si..." - me detuvo antes que comenzará con mis enredos
"Tranquila Romeo, de seguro no ha tenido tiempo, debes darle su tiempo de aceptar todo esto" - su palabras me dieron algo de alivio por aquel día.

(Una semana después)

"No puedo soportar más, siento que han pasado cien años... Algo está mal aquí" - me tomaba la cabeza con ambas manos y en mi asiento habitual en aquel viejo sillón.
"Oye Nayeon, cómo nos vemos?" - frente a mi estaba Jihyo vestida de rosado, Jeongyeon de verde y por último Momo de azul.
"Bien, pero no todo está bien" - ocultaba mi cara entre mis manos
"Nayeon mírame" - Momo llamaba mi atención, haciéndole caso
"Esa chica te gusta mucho, tú a ella le gustas, se han besado, prometieron volver a verse y a pasado una semana, aún así tienes un mal presentimiento... Si es así, por qué sigues sentada aquí como una vaga!? Ve a buscarla y dile que la amas, que está loca por ella y si no te acepta, dale un beso con todo el amor que tengas dentro de ti, entendiste?- con las palabras recién escuchadas me levante de mi asiento y las miré a las tres con una sonrisa
"vestidas así y por todo lo que han hecho diría que son como mis hadas madrinas, nos vemos" - Jihyo y jeongyeon me miraron con reproche, Momo solo sonrió y por fin salí corriendo por Mina.

"Quiénes son las hadas madrinas?" preguntó Momo una vez que Nayeon salió.
Jeongyeon y Jihyo se miraron para luego seguir con lo suyo.

Golpe con todas mis fuerzas y un deplorable señor Miyoui me abrió, mucho antes que dijera algo hablé.
"Necesito verla" - me observó sorprendido, luego se le escapó una pequeña lágrima y asintió a mi propuesta
"Está en su cuarto, debes hacerlo antes de que llegue mi esposa" - pase por su lado y corrí a la habitación, uniendo puntos respecto a la actitud del hombre y cuando la vi, caí de la sorpresa.
Cables por todo su cuerpo, su rostro sin ninguna cicatriz y sus ojos se mantenían cerrados, me acerque lentamente como si pudiera despertarla de un sueño pues ella siempre se ha visto hermosa durmiendo y lloré, porque la veía de esa manera, porque no sabía que le había pasado, porque no pude protegerla, porque deseaba ser yo quien estuviera en su lugar y que ella disfrutará estar despierta... Porque arriesgaría mi propia vida por la suya y aún así faltaría para demostrarle cuanto la amo.
Un paso más cerca y tiritaba, un paso más cerca y ardía, un paso más cerca y por fin la tocaba, su mano inerte que varias veces se había unido a la mía.
"Te extraño" - se lo decía al oído como si fuera nuestro mayor secreto y besaba su mejilla mojandola con mis lágrimas.
"Te necesito" - apretando su mano y besando su frente.
"Te amo" - tocando su rostro, rozando mi nariz con la suya.
Escuche la llegada de alguien en la planta baja y que obligaría a tener que irme por mucho que quisiera mantenerme aquí, está sería la despedida? Eso fue lo único que pude hacer por ella? Y por una extraña razón llegaron las palabras de Momo "dale un beso con todo el amor que tengas dentro de ti", oyendo como varios pasos subían las escaleras, me acerque a mi amada y sin pensarlo más, uní nuestros labios expresando todo lo que sentía por ella.
De un empujón me separaron, mostrándome los furiosos rostros de los señores Miyoui.
"Mi hija no será una asquerosa lesbiana como tú" - me recriminaba la señora señalandome
"Yo la amo!!!" - me llenaba de orgullo
"Tú no sabes lo que es el amor!!! Asquerosa!!" - veía como su mano iba a mi rostro y mis ojos se cerraron esperando el golpe. No llegó.
Abrí lentamente para observar alrededor y vi como los señores Miyoui miraban hacia donde estaba acostada su hija, gire la cabeza para llevarme la mejor imagen, Mina despertando.
"Hija!!! Has despertado... Estás bien?" - el padre se acercaba y la miraba con cariño.
"Na... Nay... Nayeon"- los adultos se giraron hacia mi y solo pude dar una sonrisa tímida.
"Ella está aquí, te dejaremos con ella" - la señora abrió la boca para reprochar algo pero decidió salir en silencio.
Con ambos afuera de la habitación me acerque y le sonreí, capturando sus manos con las mías
"Así que es un beso lo que te despierta" - le decia riendo por mi estupidez.
"Más adelante necesitaré más que un beso, un desayuno por ejemplo quedaría perfecto" - su voz salió más ronca de lo normal al igual que su risa.
"Soy pésima en la cocina" - le guiñe un ojo
"Lo sé y te sigo amando" - sonreí por confesión y le di un pequeño beso.

Bella Durmiente (Minayeon) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora