Me despierto con un dolor de cabeza horrible, miro a mi alrededor y me percato de que este no es mi piso.
- Hay que joderse –
- Te dije ayer que no dijeses palabrotas –
- Cállate ya, tengo resaca y no me apetece oír tus putas replicas todo el rato –
Me levanto y me visto ya que voy desnuda, por lo visto me acosté con el tipo, me cambio de ropa y salgo del piso sin hacer ruido.
Pongo mi dirección en Google Maps ya que no tengo ni puta idea de donde coño estoy y voy al mi apartamento.
Al llegar, voy directa al baño, me doy una ducha y luego me pongo algo de ropa, una camiseta y un tanga.
Me preparo algo de desayunar, cuando acabo me tomo una pastilla para el dolor de cabeza, me cambio de ropa y busco algún gimnasio al que ir a boxear un poco.
En cuanto lo encuentro cojo mi bolsa con ropa de recambio y vendas y salgo camino al gimnasio.
Al llegar aparco y me dirijo al recinto, pero el segurata de la puerta me para
- ¿A donde crees que vas bonita? – me pregunta
- Vengo a entrenar – digo
- Creo que te equivocas, la escuela fitness está allí – dice señalando
- Te aseguro que no, vengo a boxear, no a bailar - digo
- ¿Sabes luchar? – pregunta
- Domino todas las artes marciales y técnicas de lucha – digo
- Demuéstramelo – dice
- ¿Cómo? – pregunto
- Pelearás conmigo – dice – Si gano, dejarás que me acueste contigo, y si ganas, que no lo creo, podrás entrar y tendrás mi respeto –
- Me gusta – digo
Entramos dentro
- ¿Qué prefieres, boxeo con o sin guantes? – pregunta
- Lo que tú quieras - digo
- Esta bien, será sin guantes – dice
- De acuerdo – digo
Me quito la camiseta quedando tan solo con el top deportivo.
Entro dentro de la cancha, todos los chicos que están entrenando se acercan para ver la pelea.
- ¿Estás lista? – pregunta
- Claro – digo
Al principio dejo que el chico me pegue mientras voy calentando
- Esto va a ser pan comido – dice – Las mujeres sois débiles – dice mientras me pega un fuerte golpe haciendo que caiga al suelo – Si yo fuera tú me quedaría allí quieta – dice.
Yo escupo la sangre que tengo en la boca y vuelvo a levantarme.
Beso mi amuleto, un collar con una tabla de surf de madera que tiene dibujada una calavera.
El chico se acerca para pegarme de nuevo, pero hago un movimiento rápido y lo noqueo haciendo que quede inconsciente.
Todos se quedan boquiabiertos.
- Alguien más quiere retarme, o con que deje a uno inconsciente basta – digo mirando a todos, ellos me miran aterrados y vuelven a lo suyo.
Yo miro al hombre que sigue inconsciente.
- Tu – le digo a uno de los chicos que está entrenando
Él se voltea y me mira aterrado
- Tráeme un pozal con agua fría – digo
El asiente y corre a traérmelo
- A-a-aquí tienes – dice
Lo cojo y se lo lanzo al tipo que sigue inconsciente
- Te gane – digo
Luego salgo de la cancha y voy hacía los sacos de boxeo, comienzo a pegarle al saco, y los nudillos me comienzan a sangrar.
- Peleas bien, he visto como noqueabas a ese tío, ha sido impresionante – dice una voz detrás de mí – Sinceramente pensaba que te iba a vencer, pero lo que has hecho ha sido como en las pelis, has besado el collar y de un solo golpe lo has dejado inconsciente – Me volteo encontrándome con un tipo de ojos azules como zafiros
- Tampoco ha sido nada del otro mundo – digo – Cualquiera puede hacerlo –
- ¿¡Cualquiera!? Te equivocas nena, nadie de aquí podría hacerlo, ahora todos te temen – dice el tipo
- Pues parece que tú no – digo
- Ya bueno... - dice mientras se rasca la nuca
- Tienes algo más que decirme – le pregunto seca
- No – dice el
- Entonces vete, tengo que entrenar – digo
- Pero si te están sangrando los nudillos, no deberías parar, podrías lastimarte – dice
- Entonces será mejor – digo – El dolor despierta mis sentidos –
Él no dice nada, me mira durante unos instantes y se va.
Sigo pegando al saco hasta que mis manos comienzan a hincharse, entonces decido que ya es hora de irse.
Cojo mi bolsa y voy hacía los vestuarios, me doy una ducha rápida y me cambio, estoy vendándome los nudillos cuando el chico de antes aparece.
- Veo que al fin has decidido parar – dice
- Oye, no sé lo que quieres de mí, pero ya me estoy cansando de tus estupideces, así que toma aquí tienes 10.000€ cómprate un Ferrari, dos pitbulls, y una mansión y deja de tocarme los cojones – le digo
- Pero si es la segunda vez que hablo contigo – dice el
- Tengo poca paciencia – digo mientras cojo mi bolsa y salgo del recinto.
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Ya no soy la misma
RandomSamanta, era la nerd de la escuela, tímida, siempre entre libros, siempre soportando los insultos de los demás, pero desaparece durante un tiempo y cuando vuelve, la chica que siempre habían conocido, ha desaparecido. Samanta ya no es la misma, dif...