Poema 40

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Cuando la conocí ella era como una oruga, débil, sencilla, inocente;le ofrecí mi amor sin ninguna condición y sin pensarlo lo aceptó. Éramos tan felices ella y yo que con el tiempo nos volvimos un solo corazón.
Con el pasar del tiempo se alejó, poco a poco se encerró, en un capullo encerrada esta y no dejaba a nadie entrar.
Una vez que salió algo en ella algo cambió que mi corazón al verla no la reconoció.
Cuando salió no era la misma, ella se transformó en una mariposa, ligera, volando por donde sea sin importar le nada.
A ella no le importó nuestro amor, simplemente voló y al hacerlo mi corazón se llevó, ahora mi alma se encuentra vacía desde el día de su partida

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