Rumbo a casa como el náufrago salvadoreño. Con la mirada baja, en mi mundo de fantasías y pensamientos algo estúpidos para ser sincero.
Realmente no sabía que buscaba allí hasta que apareció aquel destello.
Lo típico de cuando, estás feliz y de la nada viene un recuerdo tan vergonzoso o en ocasiones malo."El gran día en el que mi memoria había muerto y debía de comenzar de cero".
Mi mayor miedo entre las arañas y la oscuridad, era ese: perder la memoria.
Si perdía la memoria cómo diablos iba a recordar a mis amigos, a mi mamá, a mi familia entera, a la futura madre de mi hijo. No quería vivir en constantes suburbios.El neurólogo había dicho que se ya había perdido una vez la memoria, probablemente podría volver a perderla en un tiempo.
Por lo que, me propuse dejar marcas por si de la nada se me vienen recuerdos.
¡Lo sé, es estúpido!
En fin, llegué a casa y dejé la mochila en el sofá para subir de frente a mi habitación. Era lo único que amaba con toda mi puta alma.
Para ser honesto, todo me deprimía, desde el color de las paredes hasta las luces frías u opacas. En conclusión, me deprimía mi puta habitación.
— cariño ¿cómo te fue en la preparatoria? — dijo su madre. Hyunjin se levantó de la cama y se estiró tratando de sonar cansado a esa pregunta. Solo para que su madre lo deje solo por unos cuantos minutos o mejor dicho, horas.
— ¿Qué? — sonreí de lado a aquello dicho por parte de mi madre. — ¡muy bien ma! ¿y a ti en el trabajo? Supongo que calentaste el asiento una vez más. - traté de esconder la herida de su labio pasando su lengua una y otra y otra vez; aunque dolía lo veía necesario puesto que mi madre iba a estallar si observaba aquella herida.
— ya sabes — Bufé — Bien. Muy bien cariño... - se acercó a mí con sutileza. Observandome de pies a cabeza detalladamente - ¿Quién te golpeó?
- ¡Oh! ehh...ah...no m-me choqué con un árbol así que no es nada — sonreí.
— sabes que odio que me mientas Hwang Hyunjin — Rodee los ojos por lo que mi madre me tomó de la muñeca e hice un gesto de dolor.
— ¡Bien...! — dí un suspiró — discutí con un amigo, pero no te alarmes que no fue por chicas ¿Si? Todo está bajo control.
- ¿Y ese amigo te golpeó? — asentí detenidamente.
Me tomó del mentón, observando mi herida con más profundidad si es que se podía claro. Parecía que estaba examinando a un bicho raro.
- Emm, sí... - murmuré con la mirada baja. Me sentí mal recordando la pelea. Pero supongo y tal vez fue mi culpa. — Digamos que sí.
— ¿Quién carajos fue? ¡Iré mañana para hablar y jalarle de las orejas a ese niñato que no deberías llamarlo amigo!
Mi madre solía ser muy sobreprotectora puesto que tenía miedo que me pasara lo mismo que de niño cuando tenía algo de sobrepeso.
— ¡Mamá! Eres muy exagerada — me crucé de brazos. — Puedo protegerme yo solo. — bufé.—no soy un bebé.
— ¿y si te pasa algo malo? ¿No te voy a proteger? Oh Hyunjin, cariño...eres mi bebé... — dijo tomándome de las mejillas para depositar un beso en mi frente.
— claro que sí ma,pero ya estoy a punto de ir a la universidad y quiero cuidarme solo,por mí cuenta. Como debería de ser. ¿Entiendes?
— está bien, cariño—se paró en el marco de la puerta y me mandó un beso volado. A lo que sonreí .— tu almuerzo está servido.
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Defenceless 𝗛𝘆𝘂𝗻𝗜𝗻 [𝗘𝗱𝗶𝘁𝗮𝗻𝗱𝗼]
RomanceEl deseo hizo débil al ángel, a diferencia del hombre, él sonreía y resplandecía el corazón del ángel a pesar de que aquello no iba a ser perdonado. ¿Qué pasa si un ángel comete un error en su misión? Pobre ángel, es tan indefenso, débil, que podrí...