Una historia embrujada

CAPITULO 3

Como Katherine tenía que esperar 40 horas para que su llave este lista, se fue al hotel de la familia: Hotel "Los encantos", para ayudar a su madre en la recepción y así distraerse un poco.

El día transcurrió con normalidad hasta que Katherine vio una cara familiar acercándose a la recepción y para su sorpresa era Diego, el chico que había conocido en Café.

- Hey hola Katherine, no sabía que trabajabas aquí.

- Diego, hola. Pues solo estoy ayudando un poco. ¿Qué haces por aquí?

- Aquí me hospedo con mi abuela hasta que fumiguen su casa.

- Ohh vaya.

- Si, que tal si me pagas ese café que me debes yendo al comedor del hotel.

- Ohhh el café jaja, claro vamos.

Katherine estaba muy nerviosa ya que nunca había hablado mucho tiempo con alguien, pero estaba muy feliz.

- Y Diego eres nuevo por aquí ¿no?

- Pues sí, vengo a visitar a mi abuela cada vacación, somos muy unidos. ¿Tan obvio es que no soy de por aquí?

- Solo un poco.

Y en ese momento apareció una señora con su hija que apenas vieron a Katherine se acercaron a su mesa y le dijeron a Diego que no le convenía acercarse a una bruja. A Katherine se le escaparon unas lágrimas y luego diego trato de consolarla pero él tenía muchas preguntas.

- Kath tranquila no hagas caso a esas chismosas. Perdón la pregunta, pero ¿porque te dijeron bruja?

- Porque según ellos mis antepasadas que vivían en este pueblo eran brujas.

- Ósea brujas de que eran malas o ¿cómo?

- Brujas de las que hacían embrujos y asesinaban a inocentes.

- Ohhhh esas brujas, no les hagas caso. En el pueblo en el que vivía mi abuela, uno muy lejos de aquí, también la trataban de bruja y por eso fue que se mudó aquí, para tener una vida tranquila y lejos de los rumores e insultos.

- Creo que ese es el defecto de los pueblos antiguos, viven en el pasado. Diego vas a disculpar pero no me siento bien después de lo sucedido, me iré a mi casa.

- Tranquila te entiendo. Fue lindo tomar un café junto.

- Si, fue agradable.

- A ver si nos vemos por ahí, yo tengo un trabajo de verano en el Café del centro.

- Genial, nos veremos. Adiós.

- Adiós Kath.

Katherine se fue caminando a su casa pensando en lo que le conto Diego sobre su abuela, y recordó un dicho que leyó en alguno de sus libros: cada rumor tiene un poco de verdad.

Y con eso en mente Katherine le entro mucha curiosidad y ganas de hablar con la abuela de Diego, capas ella sabía algo más que la pudiera ayudar con su investigación.

Se fue caminando a su casa, y cuando llego vio un auto muy familiar estacionado en la entrada así que corrió para dentro de casa y confirmo sus sospechas, su hermano mayor había regresado para pasar las vacaciones en familia.

- ¡Sergio volviste!

- Si pequeña volví para las vacaciones. ¿Pensaste que te librarías de mí estas vacaciones?

- Tenía mis leves sospechas.

Dicho eso Sergio abrazo fuertemente a Katherine y le dijo al oído:

- Te tengo una sorpresa esperando en tu cuarto.

Katherine salió corriendo en dirección a su cuarto seguida de Sergio, para ver cuál era la sorpresa de su hermano. Sobre la camia vio que era un cuaderno estilo vintage, Sergio sabía que a su hermana le encantaba escribir un diario para tener un recuerdo del pasado.

- Ohh wow Sergio es hermoso, muchas gracias.

- No hay de que, lo vi en la tienda y pensé en que te gustaría ya que es muy único.

- Sí, me encanta.

Sergio vio que la maquina 3D estaba funcionando así que le pregunto:

- ¿En que trabajas?

- Sé que me dirás loca, pero, encontré unas cosas sobre la familia y estoy investigando a mi manera.

- Sé que estas algo loca, pero aun no me explicas para que usas la máquina.

- Encontré unas puertas ocultas por la casa, bueno encontré solo una por el momento. Así que estoy imprimiendo una llave.

- ¿Es enserio?, ¿Me puedes mostrar?

- Claro, está aquí, mira.

Así que le mostro la puerta oculta que estaba escondido en su armario. A Sergio le impresionó bastante, ya que al principio no le quería creer a Katherine, pensaba que ella estaba jugando así que le siguió el juego, hasta ver la dichosa puerta.

Se sorprendió y se puso a admirar la puerta, principalmente la perilla y la rendija de la llave, ya que tenían un aspecto muy peculiar, la serpiente con punta de araña.

- Kath, ¿quién más sabe sobre esto?

- Nadie, tu eres el único, así que por favor no le cuentes a nadie, que esto sea nuestro secreto.

- Claro, descuida nadie más lo sabrá.

Desde ese momento Sergio se volvió en su cómplice en esta investigación.