II

21 0 0
                                    

Miro hacia la ventana del avión, despido el lugar que por un tiempo fué mi hogar y que tuve que volver a abandonar.

A mi izquierda Patt me babea el hombro dormido y a mi derecha Andrea lee un libro de Stephen King del cual no logro ver el título.

Me mira de reojo mientras lee su libro.

Luka está hablando con una azafata, ella se acerca a su oreja y le susurra algo que a él le hace sonreír con picardía. Comienza a caminar con el carrito con comida mientras, antes de irse da una mirada al ojiazul y le guiña un ojo.

Ignoro el dolor que siento en el pecho y noto que Luka me observa con una sonrisa desde su lugar.

- Auch.

Escucho que dice Andrea.

- Que importa ya.

Andrea me da un beso en la mejilla.

- Hermosa, no le demuestres que él gana. No me gusta verte desanimada.

Sin más me roba un beso en los labios, no es la primera vez que me besa de esta manera, pero sé que ahora sólo lo hace para que Luka nos vea.

Sonrío por su acto de consuelo, la verdad es que Andrea es un chico hermoso, sus ojos de colores diferentes lo hacen resaltar de los demás y eso sin contar que su tez morena y su cabello enfadado con la humanidad le dan un toque salvaje.

Desgraciadamente estoy tan rota que no puedo darle mi corazón, aunque él tampoco está para darme el suyo.

- Gracias André.

No se lo piensa mucho y vuelve a hablar.

- Vamos al baño.
- ¿Juntos?
- .

Se levanta del asiento cojeando y se dirige por el pasillo a los baños, antes de entrar a uno se gira y me guiña el ojo con picardía.

Sé que Luka nos mira, pero sin importarme una mierda su opinión me levanto hacia la dirección en la que se fué Andrea y me adentro en él.

×××

La respiración de Andrea está en mi cuello, me hace cosquillas, su mano se aferra a mi muslo para darle caricias suaves que hacen que me embelese de sus movimientos.

- Siempre tuve la fantasía de hacerlo en un avión.
- Estamos en posición de hacerla realidad.

Rodeo con mis manos su cuello y lo acerco a mis labios para empezar nuestra danza, me sube al lavamanos, mis piernas rodean sus caderas.

Sus manos cogen mis brazos y los pone encima de mi cabeza.

Hago movimiento con las caderas causando que un gruñido se escape de su garganta, sonrío y repito mis movimientos una y otra vez hasta que cambiamos de posición.

Muerdo su labio inferior, lo miro desde arriba mientras él está sentado en la tapa del váter bajada.

Su boca tiene pequeñas marcas de mi pintalabios granate, tiene los labios hinchados.

Le quito la camisa por la cabeza pero al notar que pone cara de dolor paro en seco.

- La pierna.

Olvidé su pierna herida. Bajo de encima de él y con una mirada preocupada le limpio el pintalabios.

- He roto nuestro momento.

FRIALDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora