¶ Cayendo en el amor.

Capítulo 5.

Una semana había pasado; una semana dónde los recuerdos del ayer, se convirtieron en el hoy, dónde las dudas sembradas que habían quedado en el olvido volvían a revivir como si aquella historia de amor entre aquellos chicos, tan solo hubiese pasada ayer y no años. Aquel rubio debía tener la mente en el juego, debía darle la victoria a su equipo, no podía permitirse ningún tipo de distracción, menos cuando se trataba del castaño.

¿Me vas a decir que después de tantos años, aún te sigue importando? ¿No es que era una historia cerrada ya? ¿Una pendejada como le habías llamado? — La voz de aquel alto chico, sacó de sus pensamientos a un distraído Hyukjae, quien volteaba a verle una vez que había terminado de vestirse para volver al apartamento, sin embargo, ni palabra alguna pudo articular, porque... ¿De verdad había cerrado aquella historia? ¿Había terminado para él como el castaño al parecer ya lo había hecho? Un dolor se apoderó de pronto de su pecho y sin darse cuenta su mano se posaba en aquella zona, sobando lentamente para que dejase de doler. ¿Era acaso, normal? ¿Por qué de pronto se volvía a sentir así de vulnerable? ¿Por qué el castaño tenía que haber regresado a su vida después de tanto? ¿Por qué? — Vamos HyukJae, no seas pelotudo... Tú mismo dijiste que tiene pareja, ¿No lo viste acaso?, entonces no te pongas así, además, tú estás con Charlotte, ¡CHARLOTTE! — Lo sé Siwon, es solo... No entiendo cómo es que tuvo que regresar a mi vida así, sin más.... Ni siquiera sé que hago pensando en él, está claro que ya hizo su vida, pero... pero... no sé, tengo una sensación extraña, necesito verlo, aunque sea una última vez, necesito decirle lo que nunca pude.... Supongo que así, dejaré de sentirme tan estúpido... ¿Por qué Sabes? ... Yo lo amé, lo amé demasiado, y al menos por lo que sentí, debo ser sincero, aunque fuera una pendejada, lo amaba. — ¡Ay hombre! ... Y luego decías que yo era el complicado JAJAJAJAJ... anda, vamos, nos hará bien distraernos.

Ambos chicos caminaban fuera de la cancha de entrenamiento, dirigiéndose hacia el auto del más alto de los dos, quien terminaría llevando a un despistado rubio hasta su departamento. Durante el camino, aquel muchacho de tez clara solo podía recordar a un dulce e inocente Donghae, solo podía pensarlo. Su memoria era un libro viejo que empezaba a releer, y solo podía imaginarse allí junto a él; jugando, bromeando estudiando, recordando aquella primera vez, su primera vez, la primera vez de ambos, los nervios de aquel momento, su habitación, esa cama, sus sábanas. HyukJae sabía que sentir las cosas de hace 10años le traería problemas, había aprendido a tomar mucho de las personas pero a no dar más de lo necesario, recordó que a él le había dado todo y por eso había terminado quedando sin nada.

Había terminado una estresante sesión de fotos para el castaño, que despidiéndose de las modelos invitadas, dejó sus cosas en aquel escritorio, saliendo minutos después de aquel estudio en busca de distracción y un poco de aire, la que sin duda, no le vendría mal.

Mientras caminaba por la calle, una sonrisa se posaba en sus labios ante el frescor del día, pero de pronto, aquella sonrisa se borró cuando a sus oídos llegó una canción que hace mucho, años a decir verdad, ya no escuchaba. De pronto sus pasos se dejaron llevar a tal lugar de dónde venía dicha canción y fue entonces cuando dejó escapar un pesado suspiro. ¿Por qué tanta mala suerte?

Una hermosa cafetería estilo vintage, cálida, pero que, para la suerte que hoy traía el chico, era agregarla a su lista de cosas malas. Debería haberla pasado de largo, pero no, su mano se extendió hasta la puerta, entrando a paso lento, observando todo el interior mientras llegaba a una mesa, terminando por tomar asiento mientras sus ojos se cerraban lentamente y seguían en un bajo susurro, aquella canción.