Legado

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Nuestra historia se origina en el período Edo, también conocido como período Tokugawa, en un pueblo que era protegido por Kyūbi no kitsune (el zorro de nueve colas) su apariencia era humana pero poseía orejas y cola de zorro de pelaje color dorado. Era un kitsune adulto muy poderoso, tenía más de mil años de edad y el número de colas era la mayor prueba, pero debido a la incomodidad al caminar con sus ropajes, dejaba a la vista solo una.

Su nombre era Naruto, uno de los últimos kitsunes vistos en Japón. Llevaba mucho tiempo conviviendo con humanos y protegiendo los bosques. Era bondadoso como peligroso. Sus poderes iban más allá de lo imaginable y prefería trabajar solo, por lo que no contaba con sirvientes como sus compañeros. Vivía en un templo y solían visitarlo a menudo pidiendo su protección y orando en el pequeño santuario por problemas de salud, cosechas o sus seres queridos. Los campesinos lo adoraban y lo respetaban, los niños buscaban jugar con él y el zorro les acompañaba de regreso a casa antes del anochecer.

Constantemente en las noches frías cuando la luz de la luna no caía, los espíritus malignos buscaban hacer de las suyas, poseer, matar o devorar a los seres humanos. Naruto no dormía demasiado y estaba siempre a la espera de un demonio, para atacarlo, sin embargo, una noche se descuidó y el costo fue enorme.

—Desgraciado...-se arrastró por el suelo hasta llegar a los escalones que conectaban con el santuario. Su cuerpo estaba entumecido, totalmente débil al corroborar el robo de la hermosa joya.

—Ven por ella, estúpido zorro.

La voz grave y siniestra, largó una carcajada burlándose de su miseria. Divirtiéndose al ver al gran protector de la escoria humana, tirado en el suelo y respirando agitadamente. La sombra negra desapareció entre los árboles y luego, todo fue silencio.

La Hoshi no tama (esfera de estrellas) era un artículo con un poder inmenso capaz de proteger el pueblo despejando entes demoniacos por ende, compartía un estrecho vínculo con su portador, Naruto. Por lo que las consecuencias de haberle arrebatado la perla recaía en él debilitándolo, dejando desprotegido y propenso a los ciudadanos.

—Maldición-masculló, sus ojos comenzaron a entrecerrarse y finalmente cayó inconsciente frente al santuario en la fría noche sin luna.

Al día siguiente a primeras horas de la mañana, el kitsune fue encontrado en el mismo sitio con la temperatura extremadamente alta y jadeando, por los pobladores que habían ido por rezos.

—¡Llamen al capitán, urgente!

—Creo haberlo visto inspeccionando la zona de comercio.

—¡Yo iré!

Entre dos hombres, Naruto fue llevado dentro del templo y recostado en su lecho delicadamente. Una mujer se tomó el atrevimiento de mojar paños húmedos y pasarlo por su frente, pero su estado de salud parecía agravarse con cada minuto transcurrido. Su cabeza dolía horrores, todo le daba vueltas, sus sentidos estaban demasiado despiertos en ese momento por lo que se sentía vulnerable.

—¿Qué ha ocurrido para que me griten desde el mercado?-frunció el seño, notablemente molesto.

El blondo observó sin mover un músculo al capitán del Shinsengumi, Sasuke Uchiha, un hombre realmente atractivo para cualquier mujer con sus recientes veintiocho años de edad. Su ropa consistía en un haori, una especie de chaqueta de color azul oscuro que los caracterizaba como equipo, debajo de ella un kimono negro atado con un cordón blanco que cruzaba sobre el pecho y se ataba en la parte posterior. Cada prenda tenía una función importante a la hora de pelear, principalmente el pequeño cordón que evitaba que las mangas no interfirieran con los movimientos de los brazos al usar la katana (espada). Las mangas del kimono estaban adornadas por rayas blancas haciéndolo distintivo en el grupo como su superior. Sasuke era un hombre de pocas palabras con un temperamento fuerte si se le molestaba, había aprendido toda clase de técnicas en el dojo a manos de sus colegas mayores y su propio padre. Su recompensa, fue recibir la mejor de las katanas, "Kusanagi", una espada hecha de espíritus malignos y que no cualquiera podía manejar. Naturalmente, a base de esfuerzo y entrenamiento, Sasuke consiguió controlarla perfectamente.

Kyubi No KitsuneWhere stories live. Discover now