Kiss? ; Spirk.

Capítulo único

Beso?

Tiberius se sentía completamente avergonzado con las palabras que leía mientras avanzaba la lectura, el libro se trataba sobre las costumbres vulcanas; desde anatomía a contacto físico. Ahí estaba, los famosos besos de la especie, allí fue cuando el rostro se le tiñó de carmesí intenso, atando cabos que parecieron ligeramente retorcidos debido a los nervios incrementándose.
Cuándo murió, minutos antes había colocado una mano en el cristal y, Spock lo imitó, sin el vidrio separándolos se hubieran rozado tranquilamente, agregándole el característico Ta'al que los unió.

¿Había sido un beso indirecto? ¿Hizo sentir incómodo a Spock? ¿Violó un pequeño grado de su privacidad?

Esas, entre más interrogantes surcaban en la mente del Capitán, él sentía un atracción hacia Spock hacia un largo tiempo, lo admitía, probablemente se hubiera confesado de no ser por la falta de oxígeno, prefirió que el vulcano pensara que eran amigos. Sin embargo, moría de celos al verlo tan cariñoso con Uhura, poder distinguir la posesión que tenia con ella, y... sólo, envidiaba la suerte que ésta había tenido. Porque actualmente se encontraban separados, según decían no había un futuro para un avance, se sintió egoísta al sentirse feliz y renovado con la noticia.

Entró al turbo ascensor, percatándose que alguien ingresó también, no era ni más ni menos que el hombre que, literalmente, estaba volviéndolo un caos andante. Inhaló profundamente, para después tomar la palabra, estaba apunto de meter la pata, qué novedad.

—Señor Spock, ¿puedo hacerle una pregunta?

—Ya lo está haciendo, Capitán.

Jim rió al oírlo, negando suavemente con un movimiento de cabeza.

—¿Cómo se siente?

—En óptimas condiciones.

—No, no me refería a eso.

—Expliquesé.

—Tú... ruptura con la teniente, ¿cómo estás con respecto a ello?— no quería ser tan específico pero, no se negaría a una petición del azabache.

—Es un acuerdo mutuo ocasionado por diferentes acontecimientos, finalizado en buenos términos.

No existían rastros de dolor ni sufrimiento en él, digno en cualquier hombre de la especie a la que pertenecía, aún así, algo dentro suyo dictaba que no estaba tan bien cómo se mostraba. Inconscientemente acercó una mano a la suya: rozando los dedos corazón y índice, con suavidad. Al percatarse retiro la mano al instante, completamente avergonzado, se había sentido extrañamente bien, cálido y reconfortante, más la ceja elevada del comandante lo alertó.

—Lo lamento, no era mi intención violar tu privacidad, no me di cuenta— comenzó a defenderse, sumándole otros comentarios apresurados casi todos acompañados de disculpas.

—Un beso vulcano— habló, haciendo detenerse al alterado Capitán, quién parpadeó sin comprender la calma que demostraba el primer oficial, ¿no estaba molesto? ¿no lo golpearía?

—Así es, lo sé porque leí sobre... eso.

—Fascinante.

—¿Perdón?— parpadeó, buscando comprender, brindándole paso a una continuación.

—El contacto es agradable entre nosotros, me gustaría recaudar mejores datos para corroborar las sensaciones ocasionadas precisamente por la unión física entre nuestras anatomías.

—... vaya, espere cualquier cosa menos algo así— confesó, ahora sintiendo otro beso vulcano pero, creado por Spock, inmediatamente los pómulos del blondo regresaron al tono rojizo que existió anteriormente, y tal vez, era porque estaba mirando fijamente al más alto pero, notó un sutil verde asomarse en aquellas puntiagudas orejas, exactamente en las puntas.
—Una última pregunta— titubeo, claramente indeciso de lo que diría.

—Escucho.

—Aquella vez cuando yo estuve a punto de...

—Afirmativo. Nos hubiéramos besado de éste modo. Lamentablemente, yo lo hubiera rechazado por mi relación con Nyota.

Definitivamente, James no sabia que ocurría; ¿es un sueño?

—¿Y, ahora...?

—Ahora puedo decir, gracias a las experiencias...— la puerta del turbo ascensor se abrió, dejándolos al descubierto frente a Scott, quién quedó paralizado ante la escena.

Separaron las manos y antes de integrarse en el puente, solo se dedicaron una corta mirada, luego seguirían la entretenida plática.

...

—¿Qué carajos ha sido eso?— expresó al aire el mecánico, aun estático.