Nota Especial.

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-Podemos imitar la amante naturaleza de nuestro Padre celestial.-

-Jesús es nuestro modelo para reflejar en nuestras vidas el amor del Padre celestial. Podemos reflejar ese amor mediante nuestra influencia sobre quienes nos rodean, por ejemplo:
Entre nuestros vecinos. El comportamiento que a diario manifestamos es un gran sermón para la gente que nos rodea. Hay un proverbio que dice: «Sé tú el sermón». Cristo nos dice: «Procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo» (Mateo 5: 16).

En la escuela y en el trabajo. Todos somos un modelo de conducta, ya sea positivo o negativo. La gente nos observa, aunque no nos demos cuenta. Mientras reflejamos la vida que nuestro Maestro vivió aquí en la tierra, podemos imitar la amante naturaleza de nuestro Padre celestial.

La del padre terrenal en la familia. Los padres terrenales deben representar a nuestro Padre celestial, que es nuestro protector, sustentador y proveedor de todas nuestras necesidades materiales y espirituales. El padre terrenal debería poseer las mismas características que nuestro Padre celestial. Y él debería tratar a sus miembros en la forma que nuestro amante Padre, Dios, nos trata a nosotros (1 Juan 3: 1).
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Nunca olviden que:
~Su amor no tiene límites, Si Dios ama a los rebeldes, está claro que ama a todo el mundo.~

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