¿dónde estoy?

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Hola!!

Sé que estuve escribiendo otra historia, pero no supe cómo seguros, pero esta será diferente o eso espero.

Espero que sea de su agrado, cualquier corrección o idea, los estaré leyendo en los comentarios

Sin nada más que decir, !a leer!

Los recuerdos de un ayer se hacen cenizas, los latidos irregulares y fortuitos se desvanecieron a través de las décadas transformándose en siglos.

Cada mañana parecían iguales, cada tarde, la hora mágica como algunos le llamaban, me hacían añorar algo que había perdido, ese algo que no sabía lo que era en esos días en los cuales podía sentir su llamado, ese deseo de poder vernos. ¿Era una persona la que tanto he esperado? Cada vez que lo sentía así le suplicaba a que viniese a por mí, en un silencio lleno de desolación  y reproche hacia mi, hacia él, hacia el mundo. Pero no fue como esperaba, no vino a mi.

Nuevamente como cada anochecer, me veía envuelta en expectación al ver la luna salir entre las montañas, como si su luz plateada produjera sentimientos placenteros a mi vida, como si trajera esa calma que tanto he anhelado y por sucesos que no están en mis manos no se me han concedido.

Como siempre me pongo a pensar en ese alguien que también mirase la luna con la misma ilusión que yo, esperando a la llegada de mi "alma gemela" pero sabía que sí en el caso de existir, ya estaría con alguien mejor que yo, alguien que si sabe que es amar. Al solo deslumbrar esa posibilidad, mi pecho se contrae por un dolor inexplicable, como si hubiera perdido a lo que más amo, sin haberlo tenido aún. Entro a mi pequeño hogar, el cual comparto con una chica muy agradable, las dos somos de intercambio y estamos en un lugar que no es el nuestro hogar realmente, pero aún así es placentero en una forma casi cotidiana  -¿Otra vez pensando en tonterías?- niega con la cabeza mientras me entrega un vaso con jugo preparado por ella -a lo mejor ya estoy lo suficientemente loca para seguir soñando con un tal vez o solo soy una enamorada del mismo amor… no lo sé - ella se ríe de mí, contagiando me dé su alegría.
-será mejor ir a dormir, la falta de sueño te está haciendo muy mal - ella ya perecía mi madre, pero las dos nos sentimos cómodas una al lado de la otra -si mamá- doho con algo de sarcasmo u diversión, sonriendo mientras la veo recoger su cabello rojizo en dos trenzas, con su pijama rosa paste de dos piezas de verano, el cual sabe que detesto con todo mi ser.

Al día siguiente todo parecía ir como lo planeado, nos dirigimos a la universidad después de un desayuno bastante favorecedor que ella hizo para las dos, pero algo cambió después de eso. La mañana pasó rápido, más rápido de lo que esperaba, riendo con las ocurrencias del profesor de epistemología y sus referencias, y sin darme cuenta mis clases habían concluido de la mejor forma posible, aunque aún tenía que volver al departamento para estudiar para la cátedra de procesos psicológicos y aunque me parecía más fácil de entender, no todo suele ser tan fácil como lo hacen saber.

Suspiro al salir de la universidad sola, aun pensando en lo que el profesor nos había dicho la semana pasada en su clase, la cual tenía que llegar a estudiar lo más que podía, era hasta romántico de cierta manera - complementación-  digo en un susurro fatigado, siguiendo el mismo camino de siempre, con Beret resonando en mis oídos, sumergida en sus palabras y sin ver realmente mi alrededor, pensando en él, mas bien imaginando en un él, esperando que de verdad existiera, que fuera tan real como lo soy yo o mis tareas que realmente son exhaustivas.

Tropiezo con alguien y rápidamente hago una leve reverencia -lo lamento mucho- digo sin sentirlo realmente, solo quería llegar a casa y sumergirme en la lectura para la prueba "El problema del Yo en Varela y Morin" y otros más, aún así levanto la vista al  escuchar una pequeña risita del  chico con el que acababa de chocar, al parecer le divierte verme así de avergonzada exteriormente, porque siendo cinsera, solo quería estar en casa -no te preocupes- nunca lo había visto antes, pero se notaba algo especial en él, supuse en un segundo que estaba sugestionado por todo lo que había pensado hasta el momento, aparto la mirada, llevando mi atención sobre nuestro entorno, algunos autos pasando por la calle de una sola vía, un caballero caminando en dirección contraria a la que hace unos momentos me dirigía y nuevamente a él, sus ojos cafés eran normales y a su vez único. Bueno, todos somos únicos. Niego internamente -no eres de aquí- su voz se se puso algo áspera, como si algo le molestara y suooniendonque era uonla que habia chocado con él, podia llegar a la más simple conclusión y es que le molestaba mi comportamiento hacia con él o algo muy parecido. miro a mi alrededor nuevamente, pero ya no era el camino que me llevaba al paradero del bus, no estaban los mismos arboles, ya no estaba el restaurante que al otro lado de la calle, nada era igual y no me había movido ni un centímetro desde que me había encontrado con aquel extraño muchacho.

¿Qué estaba pasando? Solo hace unos segundos estaba casi llegando al paradero, no entendía nada de nada, y eso sólo me era algo fantasioso o que es un sueño -creo que tienes razón, me he perdido- de pronto me doy cuenta que no llevo conmigo mi móvil, ¡¿Que rayos?! Recién estaba reproduciendo música en mis oídos y ya no estaba, ¿cómo llamaría a Maite?  -ven, sígueme- sin decir más me llevó hasta una casa bonita, de un llamativo color ladrillo, de dos pisos y amplia, como esas casas que están en el lado más acomodado de la comuna en la que vivo.

Él entró y me hizo pasar -por cierto, me llamo Felipe- yo lo seguía mirando, su piel morena me parecía suave y bonita -yo me llamo Alice- le sonrío preocupada, desviando la mirada a lo lujoso que se veía la estancia, aún así, cuando el comenzó a caminar, lo seguí sin decir palabra alguna.

-no sé cómo llegaste aquí, pero es mejor que no te alejes de mi lado- me dice con un tono serio con atisbos de preocupación en su voz, que a mi parecer había dejado la frase incompleta

-¿Que es este lugar?- Felipe me mira casi inexpresivo.

-un lugar que no debiste llegar- pero al final se ríe como si solo quisiera confundir-me más de lo que ya estaba, para luego reír de mí expresión corporal, aunque eso no me asustaba, solo me hacía tener más dudas, y luego un "ey, es broma" escapa de sus labios.

Caminamos hasta el patio y conversamos un poco mirando el cielo, riendo un poco cuando hace que se ahoga en una pequeña piscina inflable, que se encontraba en medio del pasto. Sin darme cuenta de lo que realmente hacía, me lanzo sobre él, como si ya nos conociéramos de años, era extrañamente cómodo estar a su lado, casi parecido al estar con mi familia.

Río cuando sé queja debajo mío y su mirada lentamente baja a mi blusa, haciéndome recordar que esa mañana me había una Blanca delgada y unos brazier del mismo color.

Sus mejillas se tornaron levemente sonrojadas, volteando su rostro hacia un lado. Era evidente el intento de no mirar mi cuerpo, suelyo el aire de mis pulmones, cubro mis senos con mis brazos -lo siento- dice mientras me siento en el pasto a un costado de él -no, no te preocupes- sonrío para aligerar el ambiente, no quería que las cosas de pusieran más extrañas de lo que ya estaban y no siquiera tenía moción del lugar donde estaba.

Cuando vuelve a mirarme, puedo ver sus ojos cafés, que de cierto modo me parecían familiares, como si ya nos hubiéramos visto, pero algo dentro de mi decía que no era así, que no debería acercarme mucho, que todo esto era anormal, pero, ¿quién ha dicho que yo lo soy?.

- Lo siento, solo que yo… iré por una toalla para ti- el sonrojo en sus mejillas me resultaban hasta encantadoras, aún así, también me había sonrojado, era la primera vez que un chico era así conmigo, y eso no quiere decir que no haya tenido encuentros con algún chico, sólo que no se me da eso del amor no nada que se le parezca y no lo buscaba.

-Gracias - mi voz sale suavemente, mientras lo veo perderse dentro de su casa, cuando recuerdo que tengo que volver a la mía, con mi amiga, con mis deberes y todo lo que conlleva tener una vida como la mía, pero aun sabiendo todo eso me quedé sentada ahí, sin buscar solución a mi problema actual, callando el ruido que me causaba todo esto.





Espero les haya gustado, si es así, voten, eso me gustaría muchísimo.

Cualquier falta de ortografía o crítica, los estaré leyendo en los comentarios.

Siempre con cariños,

                                        Pingüi

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