CAPÍTULO SEIS: AMOR VERDADERO

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No puedo- dijo Victoria soltándose


¿Por qué?- dijo Eduardo

Porque estoy casada y debo respetar a mi marido- dijo Victoria arreglándose en el espejo

Tu marido no te trata bien- dijo Eduardo incómodo

Pero no por eso le voy a ser infiel, Eduardo si tanto le cuesta entender eso es mejor que prescinda de sus servicios. Usted decide- dijo Victoria realmente decidida

Está bien señora Victoria- dijo Eduardo saliendo enojado del baño

No puedo, Guillermo merece todo mi respeto- dijo Victoria

Mientras tanto en la casa de Victoria se encuentra Guillermo teniendo relaciones con Kendra en la cama que compartía con su mujer, sin imaginar lo que le sucedería.

Don Guillermo ya llegué de mi pueblo. Me dijo la señora Victoria que le prepare la comida- dijo Polita mientras dejaba las cosas del super en la cocina.

¡AH! ¡AH!- se escuchaba a lo lejos por lo que Polita vió la hora, sabía que estaba pasando algo arriba pero si hace 20 minutos su jefa la había llamado y ella se encontraba en la oficina con su hijo Nicolas.

¡Chale! No creo que los patrones estén ahí arriba, porque la patrona estaba arriba, a poco no será el menso de Joaquino que anda de loco con alguna mujer- decía Polita

Ella no se imaginaba lo que se encontraría al momento de abrir la puerta del cuarto de sus patrones.

¡AH! ¡AH! - gritaba una mujer con mucho placer

¡Chale! ¡Joaquino! - dijo Polita abriendo la puerta

¡No manches! - gritó aquella mujer mientras se cubría con una sábana su desnudez

¡Don Guillermo! - gritó Polita cubriéndose los ojos

¡Mierda Polita! Es que... ¿Tú no estabas en tu pueblo? ¡Te mandé para allá! - gritó Guillermo

¡Lo siento patrón! Es que la señora Victoria me dijo que venga para la casa para cocínale pos ya había regresado de viaje- decía Polita llorando

¡TÚ! ¡TÚ NO PUEDES DECIRLE NADA DE LO QUE HAZ VISTO AQUÍ A VICTORIA! - gritó Guillermo

Pero señor, usted le está siendo infiel a la señora Victoria- decía Polita llorando

MIRA MALDITA INDIA, COMO HABLES DE LO QUE VISTE CON VICTORIA TE JURO QUE HAGO QUE TE DESPIDAN Y NO TE CONTRATEN EN NINGUNA MALDITA CASA- gritó Guillermo

Si señor, yo le guardo el secreto- dijo Polita sin parar de llorar

¡DEJA DE LLORAR MALDITA SEA Y LÁRGATE! - dijo Guillermo en tono muy fuerte

Si señor, con permiso- dijo Polita yéndose a su cuarto

Por lo pronto en la oficina de Meta Imagen Internacional, Victoria ya se sentía fuerte para entrar a la oficina. Ella entró a su oficina encontrándose con Nicolás dormido al costado de Eduardo, era de noche y había sido un largo día con muchas emociones por lo que procedió a levantar a Eduardo.

Eduardo levántese- le decía Victoria a Eduardo mientras trataba de despertarlo

Mmm... - decía Eduardo moviéndose y tratando de despertar

Eduardo por favor levántese- decía Victoria entesándose

Dígame señora- dijo Eduardo tratando de levantarse

Eduardo levántese ya es de noche y debo irme a mi casa, pero no lo voy a dejar dormido aquí en la oficina- dijo Victoria

Vamos señora Victoria yo los llevo- dijo Eduardo reponiéndose

¡NO EDUARDO! De ninguna manera yo tengo mi coche aquí yo lo levanto al niño y me lo llevo sin ningún problema

No señora Victoria es tarde y el niño está pesado, al menos déjeme ayudarla hasta que llegue al coche- dijo Eduardo parándose

Está bien, no puedo decirle nunca un no ¿verdad? - dijo Victoria con media sonrisa

Pues no jefa, para eso tiene a su empleado- dijo Eduardo sonriendo mientras tomaba al niño entre sus brazos

Los dos iban caminando en un silencio total sólo se miraban de vez en cuando, Victoria apenas lo conocía hace un par de días y no podía quitárselo de la mente, era algo prohibido pues ella estaba casada, se lo repetía una y otra vez para recordárselo ella misma.

Bueno hasta aquí llego, creo que termino mi trabajo- dijo Eduardo entrando al niño en el asiento

Gracias Eduardo- le dijo Victoria sonriendo

Que bella sonrisa tiene- le dijo Eduardo

Eduardo ya hablamos- dijo Victoria un tanto cansada

Me despido, que descanse- dijo Eduardo besando a Victoria en la mejilla, casi casi cocando sus labios.

EL HILO ROJOWhere stories live. Discover now