CAPÍTULO SIETE: ¿GUILLERMO O EDUARDO?

469 33 25
                                    

- Dios, ¿Qué me está pasando con este hombre? ¿Por qué me pone nerviosa?- pensó Victoria mientras veía a Eduardo alejarse.

Por su parte Eduardo iba caminando hacia la oficina golpeando todo lo que encontraba a su paso.

- ¿Por qué Dios mio? ¿Por qué esa mujer debe ser ajena?- gritó Eduardo enfurecido.

Victoria por su parte iba camino a su casa, cuando había llegado tomó a Nicolás en brazos y fue directo a su casa cuando encontró a Polita llorando.

- Polita- dijo Victoria con pena por verla así.

- Señora Victoria, permitame al chamaquito- dijo Polita tomando a Nicolás.

- Polita ¿Qué pasa por que lloras?- preguntó Victoria.

De pronto se escucharon unos pasos bajando las escaleras, era Guillermo ocasionando el terror de Polita.

- Vamos Polita, la señora te está preguntando que te sucede- dijo Guillermo abrazando a Victoria.

- Nada señora, es que me dio pena venirme luego luego a la ciudad. Extraño a mi familia- dijo Polita mirando a Guillermo.

- Polita pero tu sabes perfectamente que puedes ver a tu familia cuando quieras, sólo pregúntamelo con tiempo- dijo Victoria abrazándola mientras Polita miraba como Guillermo sonreía.

Era tarde por la noche cuando Victoria salía de ducharse encontrándose con Guillermo echado en la cama.

- Amor, ¿Podemos hablar?- preguntó Victoria secándose el cabello.

- Dime- dijo Guillermo sin tomarle atención.

- Guillermo, ¿Por qué eres tan cruel con Nicolás?- dijo Victoria sentándose en la cama.

- Por que ese niño sólo trae problemas, y no comiences que no quiero hablar con él. Por que mejor no te echas conmigo para hacerte el amor- dijo Guillermo besándola el cuello a Victoria.

- No Guillermo, mañana debo trabajar- dijo Victoria queriéndoselo de encima.

- Siempre tu trabajo primero, para tú hijo no tienes tiempo y para tu marido peor. Victoria hace más de un año no tenemos relaciones. ¿Quién te crees?- dijo Guillermo gritando.

- Guillermo es que yo mantengo la casa- dijo Victoria con la voz entre cortada.

- Claro ahora me vas a echar la culpa a mi por que no tengo trabajo, ya Victoria, deja de echarme en cara que tu trabajas- gritó Guillermo.

- Guillermo por favor no grites, el niño está durmiendo- dijo Victoria tratando de tranquilizarlo.

- Si no quieres que grite, sé mi mujer- dijo Guillermo gritando más fuerte.

- Esta bien, esta bien- dijo Victoria.

- Vamos ven- dijo Guillermo jalándola a la cama nuevamente y colocandola encima de esta.

Guillermo se colocó encima de Victoria besándola apasionadamente, mientras que con sus manos iba bajando las tiras de la pijama que llevaba su mujer. Victoria no respondía tanto, ella amaba a Guillermo pero había algo que no le cuadraba en él y lo sentía desde que se habían casado.

Él besaba el cuello de Victoria, bajando por sus pechos y centrándose en ellos. Mientras él hacía eso ella iba arqueándose disfrutando de cada una de sus caricias, las manos de Guillermo viajaban quitando las pantys de ella mientras sus jadeos y gemidos se juntaban en un solo sonido. Una vez que estaban desnudos Guillermo penetró a Victoria, sus cuerpos lanzaban sonidos de placer, Victoria sentía cada caricia con los ojos cerrados, pero cuando los abrió se encontró con los ojos de Eduardo quien desprendía el mismo placer que ella sentía. Los minutos seguían transcurriendo y tanto Eduardo como Victoria llegaron al éxtasis de sus cuerpos, Victoria lo tomó de los brazos abrazándolo para él sintiera más el orgasmo de ella.

Pero cuando ella abrió los ojos se dio cuenta que no era Eduardo, era Guillermo quedando muy nerviosa por el pensamiento que había tenido, era prohibido ella debía guardarle respeto a Guillermo.

Al otro día era muy temprano en la mañana cuando Victoria se fue hacia la oficina, cuando el asensor se abrió sus ojos se encontraron con los de él.

- Buenos dias señora Victoria- dijo Eduardo sonriendo.

Victoria pronto comenzó a recordar lo que había sucedido ayer entre ella y Guillermo y el hecho de pensar que en lugar de su marido era Eduardo quien le hacía el amor.

- Buenos dias, con permiso- dijo Victoria yéndose a su oficina.

- ¿Qué le pasa señora?- preguntó Eduardo detrás de ella.

- Déjeme por favor, ya déje de meterse en mi vida- gritó Victoria sin importarle que todos la veían.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 25, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

EL HILO ROJOWhere stories live. Discover now