Prólogo

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14 de Septiembre

La lluvia golpea suavemente contra la ventana de mi habitación. Es un sonido muy relajante, tranquilo, sereno. Va bastante acorde a como me siento justo ahora. Con un brazo bajo mi cabeza y el otro en mi pecho, veo hacia el techo mientras escucho, preguntandome que se sentirá ser una gota de agua, cayendo desde alturas tan altas para terminar cayendo en un lugar incierto... Está bien, no es cierto. No estoy pensando en eso, ni remotamente. Ya quisiera tener una mentalidad tan profunda digna de Gandhi. Aunque sí estoy pensando en otra cosa, algo que no me deja dormir, en el mejor de los sentidos, claro.

Me doy la vuelta para tomar mi teléfono y ver la hora. 2:35 am. Vaya. Creo que se me fue un poco la mano. O mente, en este caso. Mañana tengo que ir al colegio, debo dormir ya en serio.

Me vuelvo a dar la vuelta, quedando de costado. Abrazo una almohada y cierro mis ojos. Sin embargo, no sirve de nada ya que en menos de tres minutos están abiertos otra vez. No puedo dejar de pensar. Maldición, que  hermosa distracción.

Es extraño como algo pequeño puede quedarse en tu mente por tanto tiempo. Puede que sea un gesto, una canción, un saludo, incluso un sabor. Es algo que nunca había experimentado, o por lo menos no con tanta fuerza. Y no sé si está sensación debería gustarme tanto. Claro, en mi caso no es un gesto ni un saludo. No.

Es una palabra. Sólo una palabra de seis letras.

Melody.

Ahí está. Sólo eso. Una palabra que me ha tenido por más de seis horas despierto, pensando en su sonido, en las letras que tiene, su significado, su forma, todo. Una hermosa e hipnotizante palabra. Supongo que va bastante bien con la dueña de dicha palabra. O nombre, mejor dicho.

Ah, Melody. Melodía en español. Me pregunto el por qué de ese nombre. ¿Fue por una canción? ¿Una mascota? ¿La hija de Ariel? No lo sé, pero sí que muero por saber. No sólo el nombre, muero por saber más de esta persona, de esta chica que, sin siquiera intentarlo, sin siquiera hablarme, ya me ha dejado sin poder dormir y con una inexplicable sonrisa de pendejo en la cara.

No sé por qué, pero solo con su nombre sé que esta chica tiene algo, algo deslumbrante, no solo por fuera si no por dentro, y ahora solo estoy aquí, pensando qué será ese algo.

Vuelvo a revisar mi teléfono. 3:15 AM. Muy bien, ahora sí debo dormir. Bloqueo el teléfono y lo coloco en la mesa de noche junto a mi cama. Me coloco de lado de nuevo y cierro los ojos, dando inicio, por fin, a una nueva noche de sueños donde cierta chica no puede evitar hacer acto de presencia. Y no me molesta en absoluto.

Melody...

The Melody Of Her SoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora