Capitulo 6: Lunes por la mañana..

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Día 8: Lunes por la mañana

______ había pasado el fin de semana atormentada por la idea de lo que Justin podía estar haciendo con Alisha James.

Avergonzada por las emociones que le habían impedido dormir y completamente exhausta, cuando llegó a la oficina estaba muy enfadada consigo misma. A muchas mujeres les rompían el corazón y seguían adelante con sus vidas. Justin le estaba dando una excelente oportunidad profesional. Y eso era lo único que debería interesarla.

Cuando entró en su despacho, se quedó perpleja al ver a Justin esperándola. Con un soberbio traje de color gris oscuro, el rostro impertérrito, el presidente de Sistemas Devlin clavó sus ojos oscuros en ella.

-¿Ocurre algo? -preguntó _____.

-Puedes dar gracias a que durante estos dos días he conseguido calmarme -contestó Justin, con la mandíbula apretada, mirándola de arriba abajo-. ¿Cómo te atreves a dejarme tal mensaje? ¡Esa estupidez de Alisha coronada por tu insultante comentario!

Aunque estaba claro que a Justin no le había hecho ninguna gracia el provocativo mensaje que ella se había limitado a repetir, _____ no podía comprender cómo desearle un buen fin de semana podía haber adquirido la categoría de insulto.

-No te entiendo.

-¿No me entiendes? -repitió él, furioso-. ¿De verdad crees que no puedo reconocer los celos cuando los veo?

_____ se puso colorada hasta la raíz del cabello. Era demasiado sincera como para mentir y se sentía tan mortificada que no podía soportar el escrutinio del hombre. Justin debía pensar que, o ella era una neurótica posesiva o seguía locamente enamorada de él.

Quizá, si Justin no le hubiera hecho tanto daño, o si ella no hubiera tenido a su hijo, podría portarse de forma fría y olvidar el pasado. Pero con el recuerdo de Derek siempre presente, su aventura con él seguía siendo un acontecimiento crucial en su vida, aunque no lo fuera para Justin.

Sin aviso, él abandonó la actitud amenazadora y tomó su mano, desconcertándola con aquel cambio de humor.

-_____... no quería decir eso. Lo siento.

Ella miró la mano grande que apretaba la suya, atraída por el calor y ternura del gesto, pero sin dejar de lado los recuerdos que la atormentaban.

-No pasa nada.

-¿Por qué no comemos juntos y aclaramos las cosas entre nosotros? -sugirió Justin entonces.

¿Comer? Consciente de la proximidad del poderoso cuerpo del hombre, _____ sintió un estremecimiento, una sensación entre el rencor y el anhelo. Si todo fuera tan sencillo... pensó, dolorida. Si pudieran portarse como personas normales y civilizadas. Evidentemente, él era capaz de hacerlo, pero lamentablemente ella no.

-No hay razón para que seamos enemigos -continuó Justin.

¿De verdad? Por un loco instante, _____ hubiera querido gritarle a la cara que él se había acostado con otra mujer mientras ella seguía creyendo que la quería.

Y aún no lo había perdonado.

-Lo siento... -_____ soltó su mano y dio un paso atrás, exhausta y confusa-. Yo me sentiré más cómoda si la nuestra es simplemente una relación profesional.

Los ojos del hombre se clavaron en sus ojos. El silencio se hizo espeso. Justin inclinó la oscura cabeza en un gesto de cortesía y salió del despacho...


Él hijo del Canadiense©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora