Ya está. Oficialmente, Connor tenía la custodia del bebé, por lo que la más nueva del grupo dio la idea de salir a festejar aquella buena noticia, así que al salir del tribunal fueron a la casa del líder divergente -al ser la que estaba más cerca- para ponerse de acuerdo.
Olivia:En mi humilde opinión, yo digo que hay que permitir que el ganador sea quien escoja qué quiere hacer.
Connor:¿Qué? ¿Yo?.
Simon:Buena idea – los demás asintieron estando de acuerdo.
Connor:No lo sé, chicos.
Olivia:Vamos. Deja que tu niño humano interior se haga cargo de elegir. Toma – le pasó una pequeña tablet –, busca algún sitio al que te gustaría ir
Olivia:Déjame decirte una pequeñísima verdad, mi querido Markus. – pasó un brazo por los hombros del mencionado – el RK800 fue creado con una consciencia única, combinando la inteligencia y mentalidad madura de un adulto promedio junto a la inocencia, ternura y actitud infantil de un niño pequeño. Observa.
El moreno androide observó al detective, abriendo sus ojos levemente con sorpresa al notar que los del menor tenían un brillo infantil mientras observaba algo en especial.
Olivia:¿Qué encontraste? – Connor le pasó la tablet y los demás pudieron ver lo que lo atraía – ¿el parque de diversiones?.
Connor:Bueno, es lo que me llamó la atención – habló tímidamente mientras enrredaba la corbata entre dos de sus dedos, mirando algún punto en aquel lugar. Los demás no pudieron evitar sentir ternura por aquellos gestos.
Simon:De hecho suena muy bien. Siempre quise subir al Caída Libre.
North:Yo siempre quise subir a la Montaña Rusa.
Mientras cada uno decía la atracción a la que quieren subirse, a Connor poco a poco le brillaban más los ojos, y ni siquiera se daba cuenta.
Olivia:Entonces al parque de diversiones será – Connor tuvo una muy pequeña sonrisita, apenas visible, hasta que recordó algo importante.
Connor:Pero ¿Qué hay de él? – preguntó refiriéndose al pequeño bebé que descansaba en una cuna -que con ayuda de Markus y Josh armó-.
Olivia:No te preocupes, lo puede cuidar alguien que no esté en algún juego en diferentes momentos, pero por el momento, tuviste tu victoria, es tu regalo. – y ahora sí, Connor les dio una sonrisa a los demás – aunque antes, quiero cambiarme, que ésta ropa la quiero mandar a la chingada de una vez – se quejaba intentando despegarse el vestido ajustado del cuerpo, aunque solo terminaba dándose pellizcos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
