Capítulo 18.- A solas [parte 2]
15 de Abril, 2039
19:47.51
Honolulu, HawáiLlegaron al hotel, un edificio de buen tamaño que, para ellos, lucía lujoso y algo caro. Bajaron su equipaje del auto e ingresaron para después ir a la recepción. El joven recepcionista los miró y les dio una sonrisa.
–:Aloha, e komo mai – saludó amablemente. El par de policías saludó también – ¿En qué puedo ayudarlos?.
Hank:Si, em, tenemos una reservación a nombre de Hank Anderson – el joven tecleó algo en la computadora frente a él.
–:Aquí está. ¿Hank y Connor?. – el mayor asintió – muy bien. Aquí están sus llaves – les pasó dos tarjetas que Connor tomó –. ¿Gustan que alguien les lleve sus equipajes a su bungalow?.
Hank:Si porfavor-¿Eh? Espera ¿Bungalow? ¿No es una habitación? – preguntó extrañado.
–:Su reservación esta registrada como reservación de pareja, así que ha sido ajustada para los bungalows privados en otra sección del hotel. ¿Esta de acuerdo con ello o gusta una habitación?.
Hank:No no, no hay problema, solo me sorprendió un poco – el recepcionista asintió y llamó a un botones para llevar las maletas al sitio de hospedaje.
–:Disfruten de su estadía – dijo en forma de despedida.
Caminaron un poco hasta alejarse del edificio principal del hotel, llegando a una zona donde se encontraba menos gente.
No tardaron demasiado en llegar a su bungalow. Ambos se quedaron viendo la linda construcción: paredes de color blanco con dos ventanas que se encontraban cerradas y cubiertas con cortinas de color ligeramente más oscuro que las paredes. Techo finalizado en punta que estaba construido con palmas y siendo mantenido así por algunas cuerdas, dando un estilo playero. No era grande, de un solo piso, tampoco extravagante, pero se miraba muy acogedor.
Agradecieron al botones por llevar su equipaje y éste se fue. Deslizaron una de las llaves por el seguro de la puerta y entraron.
Observaron el interior: al igual que el exterior, las paredes eran de color blanco con algunos marcos colgadas de ellas. Al pasar la puerta, se puede observar la sala de estar, la cual se componía de dos sofás, un sillón individual, una mesita de centro con un florero encima y una televisión ajustada en la pared. Más adelante hay tres puertas, una del lado derecho y dos del izquierdo, en donde también se puede ver un hueco rectangular en la pared en donde se encontraba un desayunador. Suponían que hacía de divisor para la cocina. Al final de la construcción había una puerta deslizante de cristal, la cual estaba cubierta con cortinas.
Dejaron las maletas al lado de la puerta y Connor se adentro más en el bungalow mientras observaba cada rincón posible. Miró la puerta corrediza, se acercó a ella y abrió las cortinas. Del otro lado había un jardín, el cual era compartido con el patio del bungalow de a lado, con un enorme árbol entre ambas construcciones y, al finalizar el césped, la arena y el mar hacían su aparición. Una hermosa vista, y debido a que era de noche lucía mejor.
Connor:Wow – suspiró sorprendido. Hank se acercó a él.
Hank:Si. Debo admitir que esto es muy lindo – hablaba mientras miraba el exterior.
Connor se separó del cristal y se acercó a una de las puertas -la del lado derecho- y la abrió. Hizo un gesto de sorpresa.
Connor:¡Mira Hank! ¡La cama tiene flores!.
Hank:¿Qué?.
Se acercó al androide y miró al interior del cuarto. La recámara, en donde se encontraba una cama de tamaño matrimonial en el centro pegada a la pared, al lado derecho había una ventana con vista al patio, y al lado izquierdo otra puerta, la cual supuso sería un baño. Cómo dijo su androide, en la cama habían rosas y pétalos de las mismas, adornando los blancos edredones.