Capitulo XXII Nuestras admiradoras...

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"...Tu..., entre muchos, ...entre todos..., te encontré..., mi persona especial..., la única para mi..."


A las pocas horas Serena ya podía recibir visitas, claro que Seiya era un caso especial, siempre estuvo a su lado y con un permiso especial, fue el único que podía estar con ella las 24 horas del día, asi fueron sus amigas y los hermanos del joven cantante, las chicas se encontraban preocupadas y a la vez furiosas en cuanto se enteraron de la "estupidez" de su ex prometido, sobre todo en Rei y en Mina, ya que ambas vieron de mas cerca como fue lo mucho que sufrió su amiga, y ahora solo regresaba para estropearle la vida, justo en el momento que ella se encontraba plenamente feliz

Serena por su parte, se sentía regocijada por el cariño de sus amigas y de Seiya, quien no se apartaba de ella en ningún momento, cuando los hermanos del joven cantante llegaron, sintiendo toda las miradas sobre ellos, en su aparición tan públicamente entre las enfermeras y médicos del hospital, además no pasaron de ser percibidos ya que tanto Taiki y sobre todo Yaten llevaban regalos destinados para sus futuros sobrinos o sobrinas abriendo la puerta de manera disimilada aunque los ojos de todos del gran grupo en la habitación se abrieron como enormes ventanas al percatarse que el peli plateado no se veía entre tantos peluches y globos que llevaba entre sus brazos, formando una gran gota en la cabeza en todos

-¿Qué?-pregunto desafiante, y a la vez avergonzado

-¿Por qué tanto regalo?-pregunto Seiya curioso ya que nadie se atrevía a hacerlo

-¿Qué no es obvio? Para mis sobrinos que ya nacieron ¿no?-rompiendo todos en carcajadas-¿ahora que dije? Se supone que Serena estaba en el hospital y...

-yo se lo quise explicar, pero cuando me di cuenta ya tenia todo esto comprado-explico el intelectual

-vaya...-dejando caer todos los obsequios-yo creí que nacieron escuche mal

-Yaten apenas tienen 4 meses-dijo Taiki-estas mas impaciente que Seiya

-oigan no me metan en esto-reclamo Seiya, mientras que todos reían, al ver aquella escena, Serena poso su mano en su panza, estaba feliz y tranquila, sus pequeños estaban evolucionando favorablemente, y al parecer no habían daños internos, solo fue un susto, un enorme susto, temió..., eso era claro, tuvo terror de perder a sus bebes, a sus hijos que vivían dentro de ella, además se sentía culpable de no haberlos protegido lo suficiente, tal vez si hubiera huido de Darien, serian las cosas diferentes y no estaría en la cama de un hospital, a la vez observaba a Seiya, podía ver que en aquel rostro sonriente que le entregaba a cada momento, apreciaba notables ojeras y palidez en aquellas mejillas que se tornaban de color carmín cada vez que ella le decía que lo quería

-prometo que no te volveré a preocupar de esa forma, Seiya-pensaba mientras seguía en su contemplación, tomando su mano presionándola débilmente, sintiendo su calidez

-¿sucede algo bombón?-le pregunto él en medio del alboroto de sus amigos, negándole con la cabeza

-no..., nada, estoy feliz, que estemos bien...-después de algunas platicas amenas entre los chicos y las nuevas discusiones si era niños o niñas, Mina se había dirigido a la cafetería del hospital a comprar algunas golosinas a escondidas, mientras regresaba, miro por mera casualidad por las enormes ventanas del recinto hospitalario, dejando caer sus dulces al suelo y mirando en estado de shock la escena

-woooo!!!! –grito alucinada, regresando corriendo hacia la habitación de su mejor amiga, abriendo la puerta escandalosamente, captando toda la atención de todos los presentes dentro

Unidos por accidente (Serena x Seiya) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora